A partir del mes de agosto varios estudiantes retornan de las vacaciones a clases en los colegios. Para los alumnos, representa una oportunidad para retomar el aprendizaje presencial, socializar con sus compañeros y a su vez un momento para reanudar las rutinas y establecer nuevos objetivos académicos y personales. Para los colegios, este regreso implica la responsabilidad de garantizar un entorno seguro y propicio para el aprendizaje, adaptándose a las necesidades emocionales y educativas de los alumnos.
Sin embargo, para otro gran porcentaje de niños agosto del 2024 será la transición del jardín a su primer día en un colegio, dando de esta manera inicio a su vida escolar y viviendo la primera gran transición del entorno familiar. Sin duda, esta nueva etapa se tratará de un momento fundamental para el desarrollo social, emocional y académico del niño, ya que comenzará a interactuar con otros niños de su edad, aprenderá a seguir rutinas y normas y desarrollará habilidades básicas que serán la base para su futuro educativo.
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“Los estudiantes enfrentan una variedad de desafíos cuando pasan de un jardín infantil al colegio y cada proceso es diferente para cada niño dependiendo de su personalidad, fortalezas y debilidades, su red de apoyo y entornos. En términos generales, los principales desafíos incluyen integrarse socialmente, manejar un equilibrio entre la escuela y el hogar, asegurar su bienestar emocional, asumir más responsabilidad en su aprendizaje, y fortalecer su independencia y autorregulación. Es acá en donde los colegios tienen un rol fundamental, ya que es necesario que implementen estrategias que hagan de este proceso de transición para el niño una experiencia agradable y efectiva”, aseguró Kristine Ertl, directora de Educación Infantil y Primaria de The English School.
Y es que en definitiva esta etapa es crucial para el desarrollo del niño. Es fundamental crear un ambiente acogedor y seguro, donde los niños se sientan valorados y comprendidos, con metodologías pedagógicas que ayuden a que los niños se adapten gradualmente a las nuevas rutinas y expectativas. Por esto, Kristine compartió 5 claves que todo colegio debería tener en cuenta si desea lograr que la transición del niño del jardín al colegio sea efectiva:
- Trabajo conjunto entre el colegio y el hogar: esto implica que ambas partes trabajen juntas para identificar y satisfacer las necesidades del estudiante, comunicar observaciones y estrategias, y ser flexibles y comprensivos. Esta relación se puede promover invitando a las familias a participar en talleres y actividades, compartiendo estrategias pedagógicas y respondiendo a las necesidades únicas de cada familia y niño.
- Red de apoyo: la escuela debe tener una red de apoyo diversa, proactiva y profesional para anticiparse y responder a las necesidades de los estudiantes. Esto debe incluir maestros y profesionales en apoyo socioemocional, terapia ocupacional, terapia del lenguaje y apoyo académico en matemáticas, inglés y español, entre otras áreas.
- Gestión de las interacciones sociales: después de la pandemia y con el impacto de la tecnología, las interacciones sociales se han vuelto más difíciles para las escuelas. Es crucial que los colegios faciliten la creación de relaciones sólidas entre los estudiantes y enseñen valores como empatía, resiliencia y aceptación. Durante los primeros días y semanas de clases, deben centrarse en construir comunidades inclusivas y fomentar relaciones entre pares, incluso más que en cumplir con el currículo académico.
- Adaptarse a las necesidades cambiantes de los niños: debido a que cada generación es distinta y requiere un enfoque diferente, los colegios no deberían aplicar las mismas estrategias cada año y esperar los mismos resultados. En este proceso los profesores deben escuchar a los niños y comprender sus necesidades reales. Aunque esto requiere tiempo y personal capacitado, vale la pena cuando los estudiantes están felices, adaptados y progresan en su aprendizaje y desarrollo personal.
- Fomentar las capacidades de adaptación y un estilo de vida equilibrado: gran parte de esto no se puede hacer únicamente en el contexto escolar, por lo que es vital que los colegios fomenten las relaciones sanas de los estudiantes también con sus familias y orienten, cuando sea necesario, para que repliquen estas buenas relaciones tanto en el entorno educativo como fuera de él. Para ello los colegios pueden desarrollar talleres para apoyar a las familias, esforzándose por abrir las puertas a la comunicación tanto como sea posible.
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“Con este programa buscamos desarrollar habilidades esenciales para niños de 2 a 4 años, apoyando tanto su éxito académico como su potencial personal. Utilizando estrategias de aprendizaje basadas en el juego y la investigación pedagógica, se fomenta en los niños la iniciativa, la exploración y el aprendizaje transdisciplinario. El programa valora las fortalezas individuales y ofrece un entorno cálido y acogedor, fomentando el crecimiento natural y seguro de los niños. La enseñanza es bilingüe, aprovechando la facilidad de adquisición del idioma en edades tempranas para desarrollar una base sólida en español e inglés. Todo esto facilita el paso del del niño al colegio, ya que les permite llegar mejor preparados, requiriendo menos tiempo para adaptarse”, concluyó Kristine.
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