Los profesionales de la educación que trabajan para la Alcaldía de San Cristóbal, capital del estado Táchira, Venezuela, aseguran que este fin de año no tienen recursos para costear la hechura de hallacas ni comprar los estrenos de sus hijos, por tanto, reclaman el pago de sus derechos laborales que el ente municipal les adeuda. 

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Por esta razón, el pasado martes se congregaron frente a la oficina del alcalde Silfredo Zambrano para solicitarle una audiencia, ya que afirman que la alcaldía les debe varios beneficios sociales a los maestros.

William Ariza, maestro de la Escuela Municipal Luisa Cáceres de Arismendi, manifestó que se sienten abandonados por la nueva gestión, y que el instructivo de la Oficina Nacional de Presupuesto (Onapre) ha destruido la profesión docente en Venezuela, pues un educador con larga trayectoria está ganando 300 bolívares mensuales, equivalentes a uno 30.000 pesos.  

Afirmó que el alcalde no ha respetado la contratación colectiva y que ordenó a los directores de la alcaldía que sean los intermediarios con los profesores, lo que rechazan porque para eso está el sindicato. 

“No tenemos ni para lo básico, nosotros tenemos que proveer en las escuelas, desde los marcadores hasta la comida que consumen nuestros niños, desde los utensilios de escritorio”, relató Ariza. 

Además, dijo que la municipalidad entregó un computador a los que están con él, pero los docentes que tienen que hacer boletines y planificar clases, han sido discriminados.  

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Contó que el dinero que recibieron por vacaciones no les alcanzó para nada, por lo que no podrán comprarles regalos a sus hijos ni hacer las hallacas en esta época navideña, “estamos en la carramplana”.  

Según César Mendoza, vocero del gremio docente, la alcaldía no les ha cancelado una serie de bonificaciones que les corresponden por ley. Además, denunció que las bonificaciones que les pagan son trimestrales y no mensuales, lo que dificulta la situación económica de los docentes. También señaló que no cuentan con Seguro de hospitalización, maternidad y funerario, por lo que exigen que la municipalidad les otorgue un fondo administrado. 

Los maestros también expresaron su inconformidad con los consultorios médicos que tiene la alcaldía, ya que no ofrecen todas las especialidades que requieren los docentes.

En 2024 trabajarán dos días semanales

“El alcalde, a través de los directores que no son nuestros representantes sindicales, nos informó que a partir del próximo año solo trabajaremos dos días”, dijo Mendoza, y se preguntó cómo se garantiza el derecho a la educación de los niños.

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Mencionaron que ese beneficio no les sirve de nada, porque el sueldo seguirá siendo el mismo. 

“El alcalde tiene la obligación de asegurar que los docentes impartan las clases a esos niños, pero también tiene la obligación de luchar contra el Gobierno nacional para conseguir beneficios, para que el docente pueda asistir a la escuela e ir los cinco días”, agregó Mendoza. 

Ángel Molina, maestro municipal jubilado, comentó que la alcaldía prometió unos pagos que hasta el mes de diciembre no se han concretado, por lo que le sugirió al alcalde que tome en cuenta que muchos de los jubilados sufren enfermedades hasta terminales. 

Molina narró que los jubilados tienen que hacer rifas o dar clases particulares para cubrir sus gastos médicos, después de haber dedicado parte de su vida a las escuelas municipales.

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