Los capitanes de siete selecciones europeas anunciaron la iniciativa de llevar brazaletes arcoíris durante el Mundial como parte de una campaña a favor de la diversidad.
Sin embargo se echaron atrás tras ser amenazados por la FIFA con sanciones, incluidas tarjetas amarillas.
Algunos aficionados también denunciaron que no pudieron acceder a los estadios por llevar camisetas con mensajes a favor del colectivo LGBTBI+.
Por otra parte, los integrantes de la selección iraní también fueron protagonistas al inicio del Mundial ya que no cantaron el himno de su país durante el primer partido contra Inglaterra como gesto de apoyo a las protestas que sacuden desde hace dos meses la República Islámica.
Irán vive manifestaciones en todo el país desde la muerte de la joven Mahsa Amini (22 años) el pasado 16 de septiembre cuando se encontraba detenida por la policía moral iraní por incumplir el estricto código de vestimenta que se impone en ese país a las mujeres, que incluye que lleven cubierta la cabeza en público.
En la parte delantera de la camiseta, el individuo llevaba también el símbolo de Supermán y la inscripción 'Save Ukraine' ('Salvad Ucrania'), en referencia a la invasión que sufre este país europeo desde finales de febrero por parte de su vecino ruso.
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