Los evidentes gestos y expresiones de Verleón Franco, tras ocasionar un accidente al conducir ebrio, generaron rechazo e indignación entre los transeúntes y habitantes de la vereda La Ceiba, en la vía Sardinata-Cúcuta, después de presenciar el aparatoso hecho en el que las docentes Maritza Carrascal Trujillo y Sandra Beatriz Lizarazo Albarracín perdieron la vida, la tarde del domingo.
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“Aquí donde estoy, estoy bien parado”, repetía una y otra vez Franco en un video que grabó un habitante de esa zona, mostrando cómo quedaron de destrozados los dos vehículos.
El trágico suceso se registró a las 5:10 de la tarde, cuando las víctimas, en compañía de Juan Alejandro Zapata Castellanos, quien también es profesor, retornaban a Cúcuta, luego de cumplir como jurados en la jornada de elección de los Consejos de Juventud, en Sardinata.
Verleón Franco conducía una camioneta Caribe, color marrón, sin placas, en sentido El Zulia-Sardinata, que terminó chocando de frente contra el carro marca Chevrolet Aveo, de placas MIP-097, que transitaba en sentido contrario, en el que viajaban los tres docentes.
Los dos vehículos quedaron totalmente destrozados tras el impacto y las dos profesoras fallecieron al instante, mientras que Juan Zapata fue llevado a un centro asistencial y luego lo remitieron a Cúcuta, donde continúa recibiendo atención médica.
Mientras tanto, Franco, quien resultó ileso, fue detenido por la Policía para que responda por este hecho. Según se conoció, él conducía bajo los efectos del alcohol, pues la prueba que le hicieron las autoridades de tránsito arrojó que tenía segundo grado de embriaguez.
Dolor e indignación
Un hermano de la profesora Maritza Carrascal, quien arribó a la escena del accidente, aseguró que a pesar de tener que soportar el dolor de perder a su ser querido, tuvo que presenciar “el cinismo”, del presunto responsable del accidente.
“Yo lo miraba y se reía, estaba tomado y actuaba con cinismo, es un dolor muy grande lo que ocasionó y tiene que pagar por eso”, dijo el familiar.
Recordó a su hermana como una mujer trabajadora, dedicada a su labor, alegre, ejemplar y muy querida por su familia y amigos.
Carrascal llegaba los viernes en la tarde a su casa materna, en el barrio Daniel Jordán de Los Patios, para compartir con su familia y siempre regresaba los lunes desde muy temprano a Sardinata, donde trabajó el último año, en el colegio Alirio Vergel.
Su hermano era quien la llevaba en las madrugadas hacia la Terminal de Transporte, para que tomara el vehículo para llegar a su lugar de trabajo.
“Ella llegaba a la casa y seguía trabajando, preparando sus clases para volver los lunes al colegio. Toda la vida la dedicó a ser docente”, dijo el doliente.
Carrascal, era oriunda de Ocaña, pero hacía 29 años llegó a vivir a Cúcuta, junto con su familia. Se graduó como licenciada en Ciencias Sociales, de la Universidad de Pamplona. Tenía 50 años y dejó a una hija.
Ayer, los familiares de Carrascal tuvieron momentos de dolor mientras adelantaban los trámites para reclamar el cadáver de su ser querido.
Recordaron con agrado la trayectoria profesional de la docente, que trabajó en tres colegios en Los Patios, además del colegio Claretiano y Policarpa Salavarrieta, en Cúcuta y actualmente estaba laborando en Sardinata.
Los familiares esperan que las autoridades adelanten el proceso judicial correspondiente para que el responsable del hecho tenga un castigo ejemplar.
“No es posible que un borracho cause tanto dolor en dos familiares de personas trabajadoras, profesoras que dedicaron su vida a enseñar a la juventud”, dijo uno de los dolientes.
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