Los pasos informales fronterizos entre Colombia y Venezuela siguen siendo la peor opción para ir o venir de un país a otro y aunque las autoridades de las dos naciones repitan una y otra vez que lo mejor es pasar por los puentes internacionales, las personas siguen usando las trochas, sin importar el riesgo que por allí se corra.
Así como muchas personas que usan esos pasos han podido llegar a sus destinos, otros han terminado siendo víctimas de las ‘vacunas’, secuestros, asesinatos y hasta desapariciones.
Día a día en redes sociales, varias familias recuerdan que tienen a sus seres queridos desaparecidos, por eso claman que si alguien los ha visto, que por favor los contacten, pues la zozobra, la incertidumbre y el miedo de no saber qué pasó con ellos, no los deja vivir tranquilos.
Entre los pasos informales que hay por Cúcuta y Villa del Rosario son cientos de personas que han desaparecido, sin dejar la más mínima huella.
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Eliécer Antonio Hernández y Dixon Alejandro Curiel, son dos de esas cientos de personas que sus familias hoy lloran y claman para que alguien les informe qué pasó con ellos. Desde hace años, nadie volvió a saber sobre el paradero de estos hombres.
Eliecer, no llegó al funeral de su mamá
El 17 de octubre de 2021, Eliécer Hernández habló por última vez con su hermana, a las 9:30 de la mañana. Él le hizo una videollamada y desde entonces, la familia le perdió el rastro.
El hombre, que para ese entonces tenía 26 años, madrugó con su pareja sentimental para cruzar la frontera por La Parada, en Villa del Rosario, y así llegar al terminal de transporte de San Antonio del Táchira (Venezuela).
Un día antes, Eliécer Antonio recibió la dolorosa noticia que su mamá falleció después de lidiar con un cáncer. Pese a que estaba lejos, él tomó sus maletas para ir a darle el último adiós, pero nunca llegó.
Hernández y su pareja sentimental creyeron que al tomar uno de los caminos más cortos que conectan a Cúcuta con Venezuela, conocido como la trocha La Platanera, sería más sencillo para llegar a su destino y no fue así.
“Cuando hablamos él estaba sentando en una piedra y triste por la muerte de mi mamá. Lo último que me dijo fue que ya solo hacían falta tres pasajeros para arrancar y el estaba esperando ahí, porque estaba haciendo mucho calor dentro del bus”, aseguró la hermana de Eliécer Hernández.
Tras colgar, pasaron las horas y del hombre no volvieron a saber nada, hasta la noche, cuando la mujer marcó al teléfono de su hermana, pero nadie contestó, por lo que se empezaron a preocupar.
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De la insistencia, la pareja sentimental de Eliécer fue la que les contó que ella no estaba con él y que, al parecer, hombres armados se lo habían llevado.
“Cuando hablamos, ella me alcanzó a decir que dos hombres en una moto llegaron hasta donde estaban, le preguntaron por el nombre a mi hermano y ellos le pidieron que lo acompañaran, porque lo habían mandado a buscar. A él le quedó difícil decir que no, porque esos hombres le mostrado un arma”, manifestó la angustiada mujer.
Según la hermana de Eliécer Hernández, de acuerdo a lo que le contó la pareja sentimental de él, más adelante una caravana de motos los esperaron y se lo llevaron con la cara tapada.
Seis meses después apareció una persona diciendo que había visto a Eliécer en una cárcel de Colombia, porque las autoridades lo habían capturado, sin embargo, la familia nunca pudo establecer si eso era cierto.
Desde entonces, ya han pasado dos años y cuatro meses que no saben nada de Eliécer Antonio.
Dixon salió de Venezuela sin avisar
Cuando Dixon Alejandro Curiel dejó su casa en febrero de 2023, no le avisó a su mamá que venía para Cúcuta a buscar un mejor trabajo.
Él y su mamá mantuvieron comunicación por Facebook, manteniéndola informada de lo que sucedía con su vida en Colombia.
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Pero meses después, el joven de 19 años dejó de responder y los familiares, con los que llegó a vivir en Puerto Santander, no volvieron a verlo.
Dixon Alejandro le había dicho a una tía que quería viajar a Medellín, donde se encontraría con un primo y empezarían a trabajar, pero, al parecer, él nunca viajó. Desde el 27 de octubre de 2023 no volvieron a saber de su paradero.
Tres días después, un desconocido se contactó con la mamá del joven y le dijo que a él lo habían asesinado.
“A mí me llamaron y hasta me mandaron un video donde me decían que a mi hijo lo habían matado el 30 de octubre a las 7:00 p. m., pero nunca me indicaron dónde habían dejado el cuerpo”, manifestó la angustiada madre.
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