La captura de Ludis Marbelis Márquez Pérez, alias La Mona, que se dio el fin de semana, en la avenida Venezuela, cerca de la aduana principal de San Antonio del Táchira (Venezuela), por unidades del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC), revive uno de los peores episodios criminales que se han dado en la frontera entre Cúcuta y Ureña, por cuenta de la banda ‘La Línea’.
Y es que la mujer, de 27 años, era buscada por las autoridades venezolanas, porque está sindicada de haber participado en varias desapariciones forzadas por las trochas ubicadas alrededor del puente internacional Francisco de Paula Santander, que conecta a El Escobal con la población venezolana Pedro María Ureña.
Si quieres tener acceso ilimitado a toda la información de La Opinión, apóyanos haciendo clic aquí: http://bit.ly/SuscripcionesLaOpinion
La estructura criminal a la que presuntamente pertenecería Márquez Pérez es una de las más sanguinarias que ha existido en la frontera y que impuso su imperio del terror por casi seis años, pues secuestró a muchas personas y como los familiares no pagaron antes de 24 horas, desapareció a las víctimas.
Las autoridades colombianas conocieron que las víctimas eran llevadas a dos casas que tenían en el barrio El Escobal y luego de no conseguir los pagos que exigían, las asesinaban, descuartizaban y enterraban en la ribera del río Táchira.
Después de esos años de horror, nadie ha vuelto a saber nada de los cuerpos o los restos de esa veintena de personas asesinadas por los integrantes de esta organización criminal. Ni las autoridades han sido capaces de ir a recuperar a las víctimas.
Esa banda criminal se creyó la dueña de seis kilómetros de frontera entre Boconó, El Escobal y El Cerrito, por el lado de Cúcuta, mientras que por el territorio venezolano dominaban las poblaciones de Tienditas, Ureña y La Mulata.
¿Por qué la buscaban?
Se conoció que la captura de Ludis Marbelis Márquez se dio en cumplimiento de la orden que emitió el Tribunal Tercero de Control del estado Táchira, luego de que las autoridades pudieran comprobar que ella, presuntamente, habría participado en la desaparición de un funcionario del CICPC adscrito a Ureña, el detective Jefferson Eduardo Medina Urbina, de 25 años, y su novia, Alexandra del Carmen Rondón Bracho, de 21.
Lea también: Pelea a muerte entre bandas por venta de drogas en el centro de Cúcuta
Este lamentable hecho se registró el sábado 3 de febrero de 2019, cuando la mujer, que trabajaba en un restaurante de unos tíos en Ureña y el funcionario del CICPC pasaban por la frontera para venir a Cúcuta a comprar unas cosas para llevar a su casa, pero luego de que se movilizaron por el puente internacional, nadie volvió a saber de ellos.
Extraoficialmente se conoció que varios integrantes de La Línea, entre ellos ‘La Mona’, se llevó a la pareja, porque la vieron sospechosa.
Según versiones de las autoridades venezolanas, Ludis Marbelis le ofreció sus servicios como carretillera, con el fin de pasar los productos hacia territorio venezolano, pero, al parecer, Jefferson Eduardo se identificó como funcionario del CICPC y ‘La Mona’ de inmediato alertó a dos de sus cómplices, alias General y Sorbetico, quienes abordaron a las víctimas, y luego de someterlas, las llevaron para una zona boscosa, donde estaba Jesús José Hernández Almarza, mejor conocido como ‘Causa’, líder ‘La Línea’, quien habría dado la orden de matar al hombre y la mujer, y enterrarlos en la ribera del río Táchira.
Pero antes de este hecho, la banda criminal ya había cometido una veintena de sucesos similares, sin que alguna autoridad haya hecho alguna acción contundente para frenar lo que venía pasando en ese tramo de la frontera.
Le puede interesar: Travesía de un nortesantandereano para llegar a EE. UU. por un 'hueco'
Hacia finales de 2019, cuando el Eln inició su plan de expansión por la frontera, ‘La Línea’ comenzó a perder fuerza y en el primer semestre de 2020 desapareció, pues la guerra que se dio, acabó con esa estructura criminal.
Ahora se espera que las autoridades colombianas logren recobrar las conexiones con el CICPC para que también puedan establecer si Ludis Marbelis Márquez Pérez estaría vinculada a otras desapariciones que se dieron entre El Escobal y Ureña, entre 2013 y 2019.