Owen Andrés, una persona muy joven salió desprevenido a comer con su novia la noche del 5 de enero, para convertirse metros más adelante en un número más en esa larga lista de hechos violentos que estremecen a diario a la capital de Norte de Santander.
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El asesinato de Owen Andrés Melo Polo, de 21 años, se cuenta entre esas malas noticias que han tenido que recibir varias familias cucuteñas en los primeros días de 2024, llenándolas de dolor, rabia y desesperanza.
Este hecho se registró el viernes, pasadas las 7:00 de la noche, en la esquina de la calle 20 con avenida 1 de San Luis, a pocos metros del conjunto residencial de donde salió la víctima a pasar un momento de esparcimiento, pero esto no fue posible porque él estaba marcado por sus asesinos, según trascendió.
La víctima, quien recibió varios impactos de bala, alcanzó a ser trasladado al Hospital Universitario Erasmo Meoz de Cúcuta, pero llegó sin signos vitales, según las autoridades policiales que atendieron el caso.
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Ayer en la mañana, en el sector donde ocurrió el crimen, se notaba el nerviosismo y malestar entre la comunidad, refiriendo algunos habitantes que este ataque se produjo a pocas cuadras del cuartel de Policía de San Mateo, sede de la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc), refiriendo además que allí es lugar de habitación de muchos uniformados que laboran en esas instalaciones.
Esta muerte que conmociona a los diferentes estamentos de Cúcuta, se da pocos días después de otros hechos de sangre en Cúcuta, entre ellos el asesinato de Jhan Yepes Patiño, de 24 años, quien la mañana del jueves 4 de enero salió a hacer ejercicio por la Avenida del Río y encontró la muerte a manos de dos atracadores que se movilizaban en dos motos Suzuki GN y con armas en mano le ordenaron entregar una cadena de oro que llevaba puesta.
Otro hecho lamentable fue el asesinato la noche del miércoles 3 de enero, de Juan Pablo Bautista, de 35 años, ocurrido en la calle 11 con avenida 12, del barrio El Llano, cuando iba en un carro Chevrolet Aveo Emotion, y fue atacado a bala por un motociclista, quien le disparó en más de 15 oportunidades.
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Juan Pablo había pasado las fiestas decembrinas con sus familiares en el barrio Cundinamarca, en el occidente de Cúcuta, ciudad a la que había llegado de vacaciones después de permanecer casi dos años en México.
En esa ya larga lista del primer mes del año, se cuenta el asesinato del minero Alejandro Sebastián Poyo, de 20 años, ocurrido la noche del jueves 4 de enero, en la invasión Colinas del Tunal, sector que esta frente a la Penitenciaría de Cúcuta.
Vendría recibiendo amenazas
Los familiares de Owen Andrés, que estaban en la penosa tarea de hacer los trámites de ley para reclamar su cadáver y darle sepultura, pidieron a las autoridades que se investigue, capturen a los responsables y sobre ellos caiga el peso de la ley, porque le arrebataron la vida a una persona muy joven que no se metía con nadie.
Narraron que él, segundo de tres hermanos, se había establecido en Cali, al parecer, huyendo de amenazas de desconocidos como parte de un proceso de extorsión del que venía siendo objeto, pero que dada la temporada de Navidad y Año Nuevo, había regresado a Cúcuta para pasar estas festividades especiales con sus familiares.
Aunque no le gustaron los estudios había salido bueno para el negocio, por lo que se dedicaba a la venta por internet de carros, motocicletas, teléfonos celulares, siendo exitoso en esa línea comercial, por lo que sus deudos sospechan que de ahí se habrían derivado las amenazas al reusarse a pagar alguna extorsión.
“Ellos salían del sitio donde vive la novia, iban a comer, cuando un hombre que iba de parrillero en una moto lo abordó y le pegó los tiros. A él lo venían amenazando, al principio no paraba bolas, pero a lo último si tuvo unos altercados por unos negocios, por eso no se puede decir si es producto de los negocios o qué fue lo que pasó realmente”, según los familiares.
Los sicarios venían vestidos simulando ser domiciliarios, en una moto Suzuki GN, al parecer de color negro, lo que les habría permitido aproximarse a su víctima sin despertar ninguna sospecha, según trascendió.
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