Carla Giraldo es una destacada actriz en la televisión colombiana. Su participación protagónica en ‘Me llaman Lolita’ y su papel en ‘Francisco el matemático’ la han convertido en uno de los rostros más representativos de la actuación a principios de los años 90.
A pesar de su exitosa carrera como actriz y su actual rol como presentadora en ‘La casa de los famosos’, Carla Giraldo enfrentó diversos desafíos en su adolescencia. A los 14 años, decidió escapar de su hogar, argumentando que no encontraba la felicidad allí.
En una entrevista para el pódcast ‘Vos podés’, la artista expresó su agradecimiento hacia sus padres por proporcionarle un hogar y enseñanzas que la protegieron de diversos peligros a los que podría haberse enfrentado en la calle.
“Gracias a mi casa soy lo que soy, pero, gracias a que me fui también. Yo no sabía que hacer igual, hasta los 16 años que logré que mis papás me emanciparan y me volvieran mayor de edad, y mirar que tan fácil es ser adulto y no fue nada de eso”, contó la actriz.
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Giraldo narró el desafiante episodio que atravesó cuando sus padres la localizaron y la admitieron en un refugio del ICBF en las afueras de Bogotá. Recordó que en ese contexto se encontró con menores que tenían conflictos con sus tutores, habían sido víctimas de abusos o se hallaban en situación de orfandad.
“Cuando me encuentran una vez, me meten a ese refugio que se llama ‘Villa niña’. Es una casa donde te enseñan a hacer pan... Es un lugar muy didáctico. Tenían que ocupar a las niñas rebeldes, que han tenido problemas en sus casas, que han sido abusadas, abandonadas, de todo”, contó la modelo.
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De igual manera, agregó que el lugar ha sido uno de los sitios más difíciles en los que ha estado, ya que, durante su breve estancia de cuatro meses, conoció varias historias difíciles de sus compañeras, al mismo tiempo que se enfrentaba a la disciplina de una rutina exigente.
“Yo creo que es uno de los lugares más tristes a los que he entrado en mi vida, fue como ufff [...] Ese día entendí que todo estaba muy bien en mi casa [...] El régimen es militar porque te enseñan disciplina, las levantadas eran terribles a las cinco de la mañana, bañarse con agua fría, hacer fila afuera”.
A pesar de las condiciones a las que tuvo que someterse, afirmó que también experimentó momentos felices. Con su astucia para obtener algunas ventajas dentro del refugio, se las ingenió para compartir sus conocimientos en actuación con sus compañeras.
“Esos meses fueron lindos, muy alegres, pero también fueron tristes. Fui profesora de baile de ellos, de teatro, tenía que tener un plus, un diferencial, para poder tener otras cosas, privilegios, como poder ver ‘Francisco el matemático’, del que me habían echado y no podía actuar más”, agregó.
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