Ese gusanito se avivó los años siguientes y afloró la imaginación. Personajes de películas, héroes de ficción, del ámbito nacional y local los fue adaptando a su figura.
Pero no solo se disfrazaba en octubre. También lo ha hecho en otras fechas, en otros eventos, como ferias, conciertos, festivales.
El comerciante cucuteño dice que siente tanta adrenalina cuando llega camuflado en una máscara, en una túnica, o encarnando algún cantante como Rafael Orozco del Binomio de Oro o Joan Sebastian.
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Al comienzo en su casa lo veían con desdén, pero se fueron acostumbrando, porque no solo es parecerse físicamente al personaje escogido sino emularlo en sus facciones, en su hablar, en sus ademanes, meterse verdaderamente en el papel.
Su hermana y una vecina se han convertido en sus diseñadoras y asesoras. Rebuscan accesorios, botas, ropaje y ajustan todos los detalles para que quede igualito al personajes escogido.