Edmundo González ya llegó a Buenos Aires. El presidente de ese país, Javier Milei, le dio el tratamiento de visita de Estado con el protocolo diseñado para los mandatarios del mundo que visitan en viajes oficiales la Casa Rosada.
González empieza su gira por varios países de América Latina en la antesala de la posesión que el Gobierno y las autoridades de Venezuela van a realizar para ratificar a Nicolás Maduro como presidente a pesar de la ausencia de publicación de las actas del Consejo Nacional Electoral, que la oposición sí ha hecho con base en los recuentos del sistema dando como ganador a Edmundo por encima del 67 %.
La visita se da en medio de la anunciada recompensa de hasta 100.000 dólares que publicó el lugarteniente del régimen, Diosdado Cabello, por la captura de González, quien había dejado el país hace algunos meses luego de llegar a un acuerdo con los líderes del Gobierno para que no lo llevaran a la cárcel a cambio de aceptar el supuesto triunfo de Maduro.
Sin embargo, esta fue una estrategia para conseguir el exilio en España y escapar al régimen ante las amenazas de una aprehensión inminente. De acuerdo con las actas que ha publicado María Corina Machado, los resultados de las elecciones fueron 67 % vs 30 % en favor de González. El centro Carter de Estados Unidos, que fue expulsado del país pero estuvo en las elecciones como testigo, ha dicho que los resultados dando como ganador a Maduro son incongruentes e irregulares y casi ningún país del mundo ha aceptado la conclusión.
Por su parte, María Corina Machado también ha llamado a movilizaciones masivas el próximo 10 de enero en todo el país. La mujer que hizo campaña junto a González por todos los rincones de Venezuela iba a competir en las elecciones pero fue inhabilitada por el Tribunal Supremo de Justicia también cooptado por el Chavismo.
La recompensa de los 100.000 dólares tuvo una respuesta de parte del senador republicano Rick Scott, quien dijo en su cuenta de X que luego de esa provocación debía elevarse la recompensa que tiene el Gobierno de los Estados Unidos por Maduro hasta 100 millones de dólares. También el empresario Erik Prince, fundador de la empresa militar privada BlackWater, anunció una recompensa de 100.000 dólares por quien “entregue en aguas internacionales bien amarrado a Tarek William Saab”, el fiscal general de Venezuela
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La decisión de Colombia
En Colombia todavía no es claro si habrá un enviado especial, si asistirá el presidente Gustavo Petro o el propio canciller Luis Gilberto Murillo, que se ha opuesto a esa idea. La postura de Petro desde el principio fue señalar el “bloqueo” de Estados Unidos que supuestamente hizo imposible que las elecciones fueran libres para el chavismo, así como la ausencia de garantías democráticas para la oposición. Pero el mandatario también ha tenido ambigüedades en sus respuestas frente al reconocimiento o no de Venezuela.
Murillo, por ejemplo, tuvo un encuentro oficial con el canciller venezolano en la COP16 y Petro dijo en un discurso hace algunas semanas que solo él decidiría si asiste a la posesión de Maduro o no, lo cual sería una muestra de desprecio a las instituciones democráticas por todas las pruebas de fraude el 28 de julio pasado.
Otra respuesta del canciller, que podría salir en los próximos días de su cargo, fue incongruente con la realidad de Venezuela. “Tenemos que tener una relación de Estado a Estado”, le aseguró a un periodista de La FM. Pero esa lectura pasa por dejar de lado que el mayor representante del Estado es el presidente elegido por el voto popular y que si el Gobierno de Maduro hizo fraude no puede haber legitimidad en el reconocimiento a un presidente que estaría usurpando el poder del Estado.
Para Colombia, faltando año y medio de la administración de Gustavo Petro, cualquier decisión es un mensaje directo y un dibujo del talante del mandatario. Validar a Maduro significa despreciar la democracia, pero al mismo tiempo deslegitimarlo le causaría problemas con el régimen con quien ya ha tenido desacuerdos por ejemplo frente a las conversaciones para la venta de la empresa venezolana de fertilizantes Monómeros a un privado con capital estadounidense. La frontera entre Colombia y Venezuela tiene más de 2.000 kilómetros y el Gobierno Petro empezó la administración con una idea de la reactivación comercial entre ambos países y una coordinación para la lucha contra el crimen trasnacional.
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La presión de Estados Unidos
También en la mitad hay una presión directa del presidente electo Donald Trump que designó como secretario de Estado a Marco Rubio, uno de los enemigos más duros que tiene el chavismo, y que ha pedido resultados para resolver la inmigración ilegal de ciudadanos venezolanos en las calles de la Unión Americana.
El próximo 10 de enero será un día de muchísima tensión en Venezuela, con protestas de la oposición y las recompensas millonarias por las cabezas tanto del chavismo como del presidente electo vigentes. Lo que es claro es que tras varios meses de las elecciones, Maduro no puede dormir tranquilo. Su Gobierno sigue débil y con muchos vacíos para mantener el poder que podrían significarle errores y un destino similar al ocurrido recientemente en Siria con la salida de Bashar Al Assad del poder. Este tuvo que escapar a Rusia tras una dictadura de más de 30 años, ante un levantamiento armado que las fuerzas oficiales no pudieron reprimir. La pregunta es si en Venezuela podría suceder algo semejante o si Maduro tendrá la fuerza para mantener a un régimen desgastado que tiene el mismo tiempo de la dictadura de Assad en Siria o si logrará llegar hasta el 2030 en el poder.
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