Ucrania reivindicó importantes conquistas territoriales, incluida la ciudad de Kupiansk (este), en el marco de una contraofensiva militar contra Rusia, que decidió reagrupar sus fuerzas en el frente oriental.
El ejército ucraniano recuperó en septiembre “2.000 kilómetros de territorio” que habían caído en manos rusas, afirmó el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, sin precisar si se trataban de km2.
“Estos últimos días, el ejército ruso nos ha mostrado lo mejor que tiene: su espalda. Después de todo, hizo lo que debía: huir”, añadió.
Una de las últimas ciudades que Ucrania afirma haber recuperado es Kupiansk, tomada por las tropas de Moscú poco después del inicio de la invasión de Ucrania, el 24 de febrero.
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“Kupiansk es Ucrania”, escribió un responsable regional en las redes sociales, al anunciar la reconquista de esa localidad de la región de Járkov (este), fronteriza con Rusia.
La reconquista total de esta urbe de 27.000 habitantes supondría un duro golpe para Moscú, ya que es clave para el abastecimiento de otras posiciones rusas en el frente oriental.
Poco después de ese anuncio, el ministerio ruso de Defensa informó que decidió “reagrupar” sus fuerzas, trasladando tropas desde la región Járkov “para apuntalar nuestros esfuerzos a lo largo del frente en Donetsk”, más al sur.
Situación “muy difícil” -El dirigente de la región separatista prorrusa de Donetsk, Denis Pushilin, reconoció que la situación era “muy difícil” en esa zona, que junto a la de Lugansk conforma la cuenca del Donbás, parcialmente controlada por los separatistas prorrusos desde 2014 y epicentro de la ofensiva rusa en los últimos meses.
Pushilin citó concretamente el caso de la ciudad de Lymán, conquistada a fines de mayo por las tropas rusas, y dio parte de combates en “varias otras localidades” del norte de la autoproclamada “República Popular de Donetsk”, según un video de Telegram.
“Simplemente estamos obligados a mantenernos en el Donbás y lo haremos. Por supuesto, vamos a ganar”, aseguró.
También el líder de la administración rusa instalada en Izium, en la región de Járkov, declaró que la situación en esa zona era “muy difícil”.
“En las dos últimas semanas, la ciudad ha sido bombardeada por las fuerzas ucranianas (...), lo que está causando graves destrucciones y muchos muertos y heridos”, declaró Vladislav Sokolov a la agencia de noticias pública rusa RIA Novosti.
La contraofensiva ucraniana en el este está liberando “más ciudades y aldeas”, declaró el portavoz del Ministerio ucraniano de Relaciones Exteriores, Oleg Nikolenko.
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“Su valentía, sumada al apoyo militar occidental, está dando unos resultados extraordinarios”, agregó.
“Es crucial seguir enviando armas a Ucrania. Derrotar a Rusia en el campo de batalla significa una victoria para la paz en Ucrania”, insistió.
El presidente Zelenski anunció el viernes que sus tropas habían retomado unas 30 localidades en la región de Járkov, en el marco de la contraofensiva.
Las fuerzas ucranianas también “están avanzando a lo largo del frente del sur en varias secciones, entre dos y varias decenas de kilómetros”, afirmó este sábado Nataliya Gumenyuk, portavoz del mando sur del ejército ucraniano.
Las agencias rusas informaron de seis explosiones en Nova Jakovka, una localidad controlada por las fuerzas rusas en esa región.
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Apoyo de Alemania
La ministra alemana de Relaciones Exteriores, Annalena Baerbock, realizó el sábado una visita sorpresa a Kiev, para mostrar que los ucranianos “pueden seguir contando con nosotros”, según afirmo en un comunicado.
Alemania seguirá apoyando a Kiev “tanto tiempo como sea necesario, con suministro de armas y apoyo humanitario y financiero”, agregó.
En las últimas semanas, Alemania envió obuses, lanzacohetes y misiles antiaéreos a Ucrania, parte de un arsenal de armamento suministrado por los occidentales que, según los observadores, habría socavado la capacidad militar de Rusia.