En la primera visita de alto nivel a París de la administración del presidente Joe Biden, el secretario de Estado Antony Blinken y sus anfitriones franceses saludaron un nuevo espíritu de cooperación tras cuatro años de turbulencias bajo el mandato de Donald Trump.
Pero las dos partes dijeron que una promesa clave de Biden - volver al acuerdo de 2015 sobre el pacto nuclear iraní que fue torpedeado por Trump - estaba en riesgo si el régimen iraní no hace concesiones durante las conversaciones que se llevan a cabo desde hace meses en Viena.
"Llegará un momento en el que, sí, será difícil regresar a los estándares" del acuerdo, dijo Blinken a la prensa.
"No hemos llegado a ese momento - no puedo ponerle fecha - pero es algo de lo que somos conscientes", añadió.
Blinken advirtió que si Irán "sigue haciendo funcionar centrifugadoras cada vez más sofisticadas" y aumenta el enriquecimiento de uranio, acelerará el tiempo de "ruptura" en el que estará cerca de la capacidad de desarrollar una bomba nuclear.
Pero Blinken dijo que Biden todavía apoyaba un retorno al acuerdo, bajo el cual Irán había reducido drásticamente su programa nuclear hasta que Trump se retiró en 2018 e impuso sanciones a la economía iraní.
"Tenemos un interés nacional en tratar de poner el problema nuclear de nuevo en la caja que estaba", dijo Blinken.
¿La dilación como estrategia?
Francia - que al igual que Reino Unido, Alemania, Rusia y China se había mantenido en el acuerdo de 2015 a pesar de las presiones de Trump - también aumentó la presión sobre Irán para que regrese al pacto.
"Esperamos que las autoridades iraníes tomen las decisiones finales, sin duda difíciles, que permitan concluir las negociaciones", dijo el ministro de Asuntos Exteriores, Jean-Yves Le Drian, en una conferencia de prensa conjunta con Blinken.
Las conversaciones se han estancado en parte por la insistencia de Irán de que se levanten todas las sanciones.
La administración de Biden dice que está dispuesta a levantar las medidas económicas relacionadas con el programa nuclear, tal y como establece el pacto, pero que mantendrá otras sanciones, incluidas las relacionadas con los derechos humanos.
Algunos expertos creen que Irán había estado esperando la elección de Ebrahim Raisi, cuyo enfoque de línea dura está respaldado por el líder supremo, el ayatolá Alí Jamenei, árbitro máximo de la política exterior de la república islámica.
Los analistas estiman que Irán podría llegar a un acuerdo antes de que Raisi asuma el cargo en agosto, dejándole el mérito del esperado impulso económico pero culpando al presidente saliente, Hasan Rohani, un moderado que defendió una mejor relación con Occidente, si la situación se deteriora.
Blinken se encuentra en una gira europea que también le llevó a Alemania y que continuará en Italia, justo después de que Biden visitara el Viejo continente.
La administración busca consolidar las relaciones con los europeos ante los crecientes desafíos de una China en ascenso y una Rusia asertiva.
En cuanto a los puntos calientes de importancia estratégica para los franceses, Blinken también prometió solidaridad en la lucha contra el extremismo en el Sahel y un frente unido en Líbano.
"Hemos decidido actuar juntos para presionar a los responsables. Sabemos quiénes son", dijo Le Drian refiriéndose a Líbano, sumido en una doble crisis económica y política.
Blinken añadió: "Necesitamos ver un verdadero liderazgo en Beirut".
Gracias por valorar La Opinión Digital. Suscríbete y disfruta de todos los contenidos y beneficios en http://bit.ly/SuscripcionesLaOpinion