Recientemente, ha llamado la atención un país que abarca los cuatro hemisferios: la República de Kiribati. Este pequeño país se encuentra a unos 3.300 kilómetros al noreste de Australia y está compuesto por varias islas en el medio del océano Pacífico.
Este archipiélago, compuesto por 33 islas de las cuales solo 20 están habitadas, tiene una extensión de 811 kilómetros cuadrados, una superficie menor que la de ciudades como Londres o Ciudad de México.
Anteriormente conocido como las Islas Gilbert, Kiribati está formado por la isla volcánica de Banaba y alrededor de 33 atolones, que son islas coralinas generalmente con forma de anillo más o menos circular, de las cuales solo 20 son habitables. La mayor parte de la población reside en el atolón de Tarawa.
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Debido a su ubicación en la línea internacional de cambio de fecha, Kiribati es el primer país en recibir el año nuevo. Esta línea, establecida en 1884 por la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), separa dos fechas del calendario.
Históricamente, Kiribati estuvo bajo el dominio del Reino Unido hasta 1979, cuando logró la independencia y se convirtió en miembro de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Actualmente, Kiribati se enfrenta a graves amenazas debido al cambio climático. El aumento del nivel del mar representa una amenaza inminente, ya que podría sumergir gran parte del archipiélago bajo el agua.
Además, el calentamiento global ha provocado un aumento en la frecuencia de ciclones en la región y sequías más severas, lo que afecta directamente a la agricultura de la nación. Estos desafíos representan una seria preocupación para la supervivencia y el futuro de Kiribati y su población.
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El futuro incierto de los habitantes ha generado preocupación sobre qué ocurrirá con ellos una vez que el Pacífico reclame sus hogares. Durante años, las autoridades de Kiribati han estado alertando a líderes mundiales sobre la difícil situación de su nación, cuyos residentes se verán pronto obligados a abandonar su tierra natal.
Según un estudio realizado por la Environmental Justice Foundation (EJF) en 2017, el cambio climático está creando la mayor crisis de refugiados que el mundo haya presenciado en la próxima década.
Este pronóstico pone de relieve la urgencia de abordar la situación de los habitantes de Kiribati y de tomar medidas significativas para enfrentar los desafíos del cambio climático a nivel global.
*Con información de Vanguardia
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