Al dominicano Eddy Junior Peña Ramírez no le salieron las cosas como esperaba, pues se vino para Cúcuta a esconderse luego de cometer un asesinato en su país, pero el 10 de marzo fue ubicado y capturado por un grupo de Interpol que logró ubicarlo.
Peña Ramírez es acusado de cometer un homicidio en República Dominicana, el pasado 17 de febrero, por lo que reposaba una alerta roja en su contra, emitida por Interpol.
El domingo, a las 10:10 de la noche, en medio de una verificación de extranjeros en los diferentes alojamientos y hospedajes de la capital de Norte de Santander, Migración Colombia llegó hasta el barrio La Merced, en donde se llevó la sorpresa de que Eddy Peña estaba siendo solicitado por el Despacho Judicial Penal de Santo Domingo, por matar a un hombre.
Siendo capturado de inmediato y entregado a la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc), a la espera de su extradición.
Según las autoridades, Eddy Junior, de 31 años, tendría antecedentes judiciales, incluso, registra una orden de arresto de 2015, por el delito de atraco a mano armada
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El crimen
El 17 de febrero, hasta el sector conocido como Sabana Perdida, de Santo Domingo (República Dominicana), habría llegado Eddy Peña con un revólver calibre 38 milímetros, ahí se encontraban Jhon David Fajardo con Juan Antonio Fajardo.
Presuntamente, Peña intentó hurtarles un vehículo, pero ante la negativa de las víctimas, les propino varios balazos, dejando a uno de ellos muerto y al otro herido.
Luego de conocer los hechos, las autoridades dominicanas adelantaron la recolección de pruebas suficientes, logrando la plena identificación del responsable del hecho.
Sin embargo, su captura se dio hasta este domingo, porque Eddy Junior Peña Ramírez tras cometer el ataque, viajó a Cúcuta para evadir la justicia.
Casi un mes después, el presunto homicida cayó en las manos de las autoridades cucuteñas, qua adelantarán las diligencias necesarias para la entrega a las autoridades de ese país centroamericano, con el fin de que cumpla su condena, que oscilaría entre los 25 y 30 años de prisión.
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