Una vez descubierta la irregularidad por parte de los veedores ciudadanos donde una ‘cama baja’ sin los documentos al día recogía las motocicletas de los infractores, se registra relevo del gerente en la Terminal de Transportes de Ocaña.
Mientras las investigaciones avanzan en la Procuraduría Provincial de Ocaña para esclarecer las inconsistencias, asumió funciones el nuevo titular de esa dependencia, abogado de la universidad Santo Tomás, Jairo Alberto Peñaranda Mantilla.
Reemplazará en ese cargo al arquitecto, Carlos Porfirio Yaruro Torres, quien decidió dar un paso al costado para la implementación de los distintos programas encaminados a la reactivación económica.
Trascendió a este medio que la sociedad se encuentra en ‘cuidados intensivos’ y se buscan mecanismos para resarcir pérdidas de los últimos años.
El funcionario saliente, Yaruro Torres, manifestó que desde el 27 de marzo del presente año cuando se renovaron los cuadros de la junta directiva, tenía en mente emprender la retirada para dedicarse a otros compromisos atinentes a su profesión.
“Aquí no hubo escándalo alguno, se presentó una equivocación por parte del conductor que sacó el vehículo que no tenía los papeles al día. Ya se instauró el denuncio y deberán responder. Yo no salgo por esa situación, antes de suscribir el convenio ya había tomado la decisión de irme”, recalcó el funcionario.
“Fue algo normal, las relaciones con el alcalde son cordiales y con el sucesor igualmente, yo mismo llevé los papeles a la Cámara de Comercio para avalar el nombramiento de Jairo Peñaranda. Entiendo la posición de los miembros de la nueva junta directiva quienes buscaban a un abogado para que dilucidara sobre las demandas en contra de la Terminal que no tiene plata para pagar por aparte asesores jurídicos”, precisó.
Las vacas flacas
El gerente saliente indicó que ha sido un año bastante difícil por los efectos de la pandemia y los paros, reduciendo en un 70 por ciento los ingresos.
“En los 11 meses me tocó bailar con la más fea. A raíz de las restricciones de la pandemia, el flujo de pasajeros y el despacho disminuyó, no había plata para responder por demandas y a lo anterior se agrega el cese de actividades, lo que empeora la situación económica”, reiteró.
Asegura que la salida se da en buenos términos y el 31 de mayo pasado hizo entrega de esa dependencia que atraviesa por una difícil situación económica, porque sobrevive de los conductores y los ingresos por el servicio de las ‘cama bajas’, lo que alcanza para pagar a duras penas la nómina y es imposible saldar deudas antiguas.
“Así es muy difícil trabajar y me voy con la conciencia tranquila, pues no he cometido irregularidad alguna. Lo de la ‘cama baja’, reitero fue una equivocación del conductor quien sacó el vehículo que no estaba en regla y deberá responder porque en el contrato existe una cláusula muy clara”, exclamó.
Fue enfático al afirmar que el Convenio Interadministrativo está vigente por seis meses desde el 13 de mayo y no se puede suspender por ese error como lo exige el veedor ciudadano, David Sánchez Coronel. “Descubrió una verdad que no tenía papeles y no podía operar, todavía el automotor no tiene acta de inicio y serán las autoridades correspondientes que diriman esa situación”, recalcó.
Al nuevo gerente Jairo Peñaranda le corresponde adoptar estrategias encaminadas a mejorar los ingresos y solventar la aguda crisis económica por la que atraviesa actualmente la Terminal de Transportes de Ocaña.