Aunque el flagelo del secuestro ha disminuido, las extorsiones por parte de grupos al margen de la ley han aumentado en la provincia de Ocaña, sur del Cesar y zona del Catatumbo.
El gremio más afectado es el comercio, a raíz de las presiones ejercidas por los delincuentes a tal punto que muchos inversionistas han decidido abandonar la zona.
Los afectados solicitan acciones para mitigar el problema de fuga de capitales debido a los problemas socioeconómicos.
El presidente de la Asociación de personeros del Catatumbo, Jorge Bohórquez, reclamó una atención especial en esta zona del país e insiste en los diálogos con los grupos alzados en armas.
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“Creemos firmemente que la única salida al conflicto armado de la zona es sentarse en la mesa y pactar con los diferentes grupos armados. Hacemos un llamado al Gobierno nacional al presidente de la república al gobernador y al Comisionado de paz para que se avance nuevamente el mecanismo del cese al fuego con el Eln y actualmente está con el Estado mayor central de las Farc. Tristemente vemos que hay otros actores armados en la subregión del Catatumbo que viene generando zozobra”, precisó.
El pan de cada día
El presidente de la Asociación de Comerciantes de Ocaña, Asís Gómez Márquez, manifestó que la situación es insostenible debido a las presiones de los grupos al margen de la ley.
“En el proceso de descomposición del país, nosotros ponemos una alta cuota y se requiere protección para mantener la dinámica de las economías”, recalcó.
Reiteró que como gremio están cansados de exponer la situación a las autoridades y que los resultados sean pocos. Añadió que lo grave del caso es que la gente pudiente se está marchando de la región, venden casas y negocios, pues no aguantan más.
De acuerdo a los estudios de inteligencia la mayoría de las llamadas extorsivas provienen de las cárceles colombianas. “Siempre he dicho, existen 22 inhibidores de señal y únicamente funcionan 2, entonces debe existir complicidad, pues los delincuentes han convertido a los centros penitenciarios en espacios para utilizar esos aparatos y con lista en mano exigir elevadas sumas de dinero, sin que nadie se percate”, agregó.
Expresó preocupación porque mucha gente generadora de empleo prefiere abandonar la ciudad ante el accionar de los grupos delincuenciales. “No aguantan la carga tributaria más las vacunas”, reiteró.
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Instó al Gobierno nacional reanudar los diálogos con el Eln de lo contrario volverán los secuestros como fuente de financiación de épocas anteriores.
Guardar silencio
En la plaza de mercado de Ocaña impera la ley del silencio ante posibles represalias de grupos armados quienes exigen la cuota, supuestamente para devolver la tranquilidad.
“Aquí piden todos: reductos de grupos subversivos, paramilitares, delincuencia común y hasta organizaciones del vecino país de Venezuela. Toca manejar esa información de manera reservada”, señaló una fuente anónima.
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