La Opinión
Suscríbete
Elecciones 2023 Elecciones 2023 mobile
Ocaña
‘A Dios gracias llegamos con vida’: La dura travesía de una madre desplazada
Odisea de una joven mamá con una niña de brazos para salvar sus vidas.
Authored by
Image
Javier Sarabia Ascanio
Javier Sarabia
Viernes, 24 de Enero de 2025

Con una mirada triste cargada de nostalgia, el miedo adherido a su cerebro y abrazando fuertemente a su niña de dos meses de nacida, para que nadie se la arrebate, permanece en el coliseo cubierto Argelino Durán Quintero de Ocaña Jennifer, una joven madre que, luego de la travesía de varios días por la zona del Catatumbo, pudo llegar a un lugar seguro.


Si quieres tener acceso ilimitado a toda la información de La Opinión, apóyanos haciendo clic aquí: https://bit.ly/SuscripcionesLaOpinion


Aturdida por las balas del conflicto armado solo se limita a responder lo necesario a las autoridades para brindar mejores condiciones de vida para su hija, la mamá y un hermanito. Los otros integrantes de la familia tomaron rumbos diferentes porque no había tiempo que perder.
 
En medio de las inclemencias de la zona boscosa salieron con lo único que tenían puesto, atravesaron cañadas con el temor ocasionado por las ráfagas de fusil retumbando en las montañas. “A la niña la amamantaba, nosotras comíamos frutas silvestres y tomábamos agua de los riachuelos”, afirma.


Lea además: Un momento crítico para la niñez: ICBF sobre violencia en el Catatumbo


Por fin llegaron a un caserío de la zona rural de Tibú, colocaron un buso blanco en los espejos de las motocicletas, en señal de paz para salir de la región. Posteriormente hicieron trasbordo en un vehículo hasta llegar a Ocaña donde fueron sometidos a los chequeos médicos y alojados en el escenario deportivo para la ayuda humanitaria, narra con la voz entrecortada la mamá de Jennifer.
 

Joven madre vive una odisea en la zona del Catatumbo con su pequeña hija en brazos.
El drama familiar

No he pegado las pestañas durante varios días, durmiendo con una colchoneta en el suelo, sin ruana, la niña llorando bastante porque hace mucho frío, no tengo plata para comprar pañales, abrigos y medicamentos, exclama la joven mujer de 20 años.
 
A Dios gracias llegamos con vida, pero presentamos resfriados. Mi hermano tiene una tos que no deja conciliar el sueño. Me quiero ir de acá sin embargo no sabemos qué camino coger”, confiesa a los funcionarios del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar quienes ordenaron el traslado hacia el Instituto de las monjas italianas al norte de la ciudad donde se brindará un hospedaje más cómodo.
 
En medio de la tribulación no comprenden la guerra fratricida entre miembros de las mismas comunidades que tomaron caminos distintos y prefieren guardar silencio ya que sus seres queridos aún están confinados en las fincas.
 
Desconoce el paradero del padre de la niña y de los patrones, pues trabajaba en una cocina para mejorar los ingresos en el hogar, pues solamente cursó el cuarto año de la básica primaria.


Lea además: Morgues de Norte de Santander no estarían listas para recibir tantos cadáveres: IDS


Volver a la zona es casi improbable debido a las secuelas y el riesgo ante los oleajes de violencia que han cobrado la vida de muchos labriegos de la región.
  

Joven madre vive una odisea en la zona del Catatumbo con su pequeña hija en brazos.
Una pesadilla sin fin

La angustiada madre, Marleidys León, sufre en silencio el drama vivido por los seres queridos y clama a los violentos mostrar voluntad de paz para evitar el derramamiento de sangre.
 
Confiesa esos momentos difíciles de la guerra sin cuartel emprendido por los guerrilleros. “Teníamos dos opciones, salir corriendo o morir. Atrás quedaron los animales de corral y las huertas. Dejé las gallinas y pollitos, nos dio mucho miedo y nos vinimos solo con lo que teníamos puesto”, recalcó.


Lea además: Crisis Humanitaria en el Catatumbo: llamado urgente al diálogo y a la acción humanitaria


Demoramos como un día para salir caminando y estoy que no aguanto del dolor en la cintura. Duermo en una silla. Mi nieta padece de un resfriado. A Dios le pido que nos proteja de todo mal y peligro, indica la madre de familia que observa un panorama incierto para sus hijos.


Gracias por valorar La Opinión Digital. Suscríbete y disfruta de todos los contenidos y beneficios en: https://bit.ly/SuscripcionesLaOpinion


 

Joven madre vive una odisea en la zona del Catatumbo con su pequeña hija en brazos.
Temas del Día