El Departamento de Planeación Nacional (DNP), en un estudio de 2010 sobre la movilidad en Ocaña, ya había señalado la necesidad de separar la operación de carga mayorista de la venta minorista mediante la construcción de una central de abastos que situada en la zona del matadero y articulada a la vía Cúcuta-Gamarra resolviera esta dificultad, agrega en el informe.
Hasta tanto no se tenga una central mayorista, obliga a trasladar a las horas de la tarde-noche-madrugada la actividad. “Es la única manera de duplicar por ahora la capacidad del mercado para que no interfiera con el acceso fácil, rápido y seguro que deben tener los consumidores durante el día. Un mercado público de veinticuatro horas podría resolver en el corto plazo esta situación”, reitera.
“Es más complejo el control de calles y aceras, pero se puede encontrar una solución. Ya hicimos un ensayo en diciembre pasado en el Dulce Nombre con el favorecimiento que se ejerció sobre la movilidad tanto de peatones como de vehículos y al final el balance de ventas para los comerciantes e incluso para los vendedores informales fue muy positivo. Esta iniciativa resultó de un acuerdo entre comerciantes formales, vendedores informales y contó con el apoyo de la Policía Nacional y nuestro personal para el control del espacio público”, agregó.
La solución está en que el mercado funcione como un centro comercial a cielo abierto y se tenga control sobre cada zona de parqueo para que los compradores puedan acceder con facilidad mediante una alta movilidad para motociclistas, carros particulares, busetas de transporte público, los tradicionales jeeps, colectivos y taxis.
El presidente de la Asociación de Comerciantes, Felipe Nery Meza Quintero, indica que son los más interesados en buscar una solución al caos reinante en la plaza de mercado.
“Sin embargo, por razones de seguridad algunas personas se abstienen a descargar la mercancía en las horas de la noche. Aquí hay que reglamentar el parqueo de automotores e imponer sanciones y brindar seguridad para disminuir los índices de criminalidad. El desorden es total y a cada rato se registran robos, atracos, los extranjeros haciendo de las suyas, trabajadoras sexuales, guaridas de hampones que distribuyen droga y eso afecta la actividad comercial. La intervención debe ser profunda en todos los niveles”, agregó.