El cobro que el excandidato presidencial Rodolfo Hernández le hizo a su antigua fórmula vicepresidencial, Marelen Castillo, levantó suspicacias por la posibilidad de que dicho patrocinio, pactado en la pasada campaña política, no lo hubiesen reportado al Consejo Nacional Electoral (CNE).
La polémica estalló el miércoles tras la revelación de una conversación telefónica entre los miembros de la Liga de Gobernantes Anticorrupción, el partido que llegó a segunda vuelta en los anteriores sufragios presidenciales y perdió con la llave del Pacto Histórico (Gustavo Petro y Francia Márquez).
En el diálogo, filtrado a Caracol Radio, Hernández le pide $72 millones a Castillo, que él le dio en la campaña. “Usted me va a devolver (la plata) a mí, porque esa plata la puse yo”, señaló el hoy senador.
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A lo que la representante a la Cámara respondió: “Eso salió por Cuentas Claras y le van a pagar por los votos”.
El cobro despertó la solidaridad de otras congresistas, que incluso lo convirtieron en un asunto de “discriminación de género” contra Castillo, pero también puso la lupa sobre las cuentas de Hernández durante las elecciones.
Según el Informe de Ingresos y Gastos presentado al CNE, documento que también ha circulado por redes sociales, la campaña generó $4.223’386.532 de ingresos y el gasto fue de $4.724’124.561.
No hay un rubro que mencione específicamente el patrocinio a Castillo, ni que sea equivalente a $72 millones; sin embargo, uno de los pagos más elevados aparece citado como “gastos de administración”, por $1.568’310.960, y tal vez allí se incluya.
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Frente a estas inquietudes, ni Hernández ni la Liga de Gobernantes Anticorrupción se habían pronunciado al cierre de esta edición.
Castillo prefirió bajarle la temperatura a la situación. “Considero irrelevante profundizar en el contenido del audio publicado. El país está pendiente de temas trascendentales de vital importancia”, dijo.
El agrio momento entre Hernández y Castillo ha sido interpretado por algunos como otro episodio en el aparente declive de la Liga.
Un par de semanas atrás, el propio Hernández, fundador del movimiento, anunció que renunciaría a la curul en el Senado, que le correspondió por derecho luego de obtener 10’580.399 votos (47,31% de los sufragios) en la segunda vuelta de las presidenciales.
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Al parecer sus energías estarán enfocadas en las elecciones municipales y regionales del próximo año, para conquistar con su grupo la Alcaldía de Bucaramanga (que ya ejerció en el pasado) y la Gobernación de Santander.
Con la decisión, pareciera que el ingeniero renuncia a tomar las riendas de la oposición al gobierno de Gustavo Petro, y descarta expandir la influencia nacional del partido a cambio de sostener su poder regional.
Para rematar, los representantes Érika Sánchez y Manuel Cortés, los únicos congresistas que logró instalar el movimiento por elección de sus listas, se están distanciando. Ambos se han quejado por el manejo que a la colectividad le estarían dando Hernández y su esposa Socorro Olivero.
De esta manera, el partido estaría sacrificando parte de lo ganado en las presidenciales, cuando consiguió agrupar bajo su bandera a todos los movimientos antipetristas.
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