Una de las declaraciones más esperadas, en medio del escándalo que estalló el fin de semana pasado y que compromete a quien fuera la jefa de Gabinete del presidente Gustavo Petro, Laura Sarabia, y al embajador de Colombia en Venezuela, Armando Benedetti, era la del mandatario de los colombianos.
Después de horas y horas de expectativa, especulaciones y rumores que iban y venían, el jefe de Estado finalmente se pronunció ayer sobre el episodio que hoy tiene contra las cuerdas al Gobierno Nacional y que tuvo su origen en el robo de un dinero de la casa de Sarabia, pero que terminó convertido en una verdadera novela, con pruebas de polígrafo, vuelos chárter a Venezuela y hasta interceptaciones ilegales de por medio.
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Durante la ceremonia de ascensos a subtenientes del Ejército, en Bogotá, Petro se refirió a lo sucedido y además de anunciar la salida de Sarabia y Benedetti de su equipo de trabajo, el presidente aseguró que en su gobierno no puede quedar “ni mancha ni duda” de que repetirían “las suciedades que otros gobiernos hicieron. Aquí no venimos a eso”.
“A nadie de ustedes (militares) se les ha ordenado una sola interceptación telefónica, ni se les ha dado esa orden ni se les dará, porque el respeto a los derechos humanos es tal cual están consagrados en la Constitución, en nuestros tratados, en las leyes: se respetan”, manifestó el jefe de Estado.
Petro dijo que las puertas del Palacio de Nariño están abiertas para cualquier investigación y por eso les pidió a las autoridades competentes que avancen prontamente con esa labor. “Les ayudaremos”, manifestó.
“Sé lo que ha pasado alrededor de quien me acompañaba casi en todos estos eventos y que en cierta forma era mi mano derecha desde el punto de vista administrativo y gestión cotidiana”, sostuvo.
El presidente, incluso, se solidarizó con su ahora exjefa de Gabinete: “No han parado a pensar siquiera qué podía pensar una joven mujer recién parida, dicen en mi tierra, con su primer niño, en su primera experiencia maternal, cuando le sucede un hecho en su vida doméstica que la hace sentir en la zozobra y que reacciona dentro de la ley (sic)”.
El mandatario aseguró que si a él le hubiera ocurrido un hecho así, también hubiera utilizado el polígrafo.
“Si en mi casa se perdiera un papel reservado, de inteligencia o alguno por el estilo, yo también tendría que hacer lo mismo con todas las personas que me rodean porque necesitaría la máxima confianza, no por lo que me pase a mí, sino por lo que le pase a la nación”, dijo.
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Durante su intervención no faltaron las indirectas contra el fiscal general, Francisco Barbosa, con quien mantiene un duro enfrentamiento desde hace algún tiempo, pues planteó que con la misma premura que se dio la investigación por el caso del polígrafo que se usó para interrogar a la exniñera de Laura Sarabia, y con la misma premura “que tiene para ver cómo captura a un paparazzi que le sacó un video a una periodista y que nada tiene que ver con nosotros”, se tiene que investigar el caso de las interceptaciones ilegales o ‘chuzadas’.
“Pueden investigarnos hasta el último centímetro de nuestros sentimientos, pero entrégueme el informe sobre lo que se ha hecho contra la impunidad”, señaló.
Se retiran del Gobierno
Desde antes de que el escándalo por la pérdida del dinero alcanzara las dimensiones en que terminó, con escuchas ilegales de por medio, la salida de Laura Sarabia del cargo empezó a tomar fuerza, puesto que fue señalada de abusar de su poder para intentar esclarecer un caso doméstico. Sin embargo, con lo que no contaban muchos era que lo ocurrido le iba a costar la cabeza también a un embajador: Armando Benedetti.
El nombre del controvertido político y hombre de confianza de Petro quedó involucrado en el caso, luego de revelar que Sarabia lo contactó porque estaba preocupada por la información que pudiera entregar su exempleada a los medios de comunicación.
Los dos funcionarios compartieron la misma niñera y se acusaron el uno al otro de conspiración en una intrincada historia que deja más preguntas que respuestas.
Para el ahora exdiplomático, su “pecado” fue saber que se iba a publicar la entrevista de la niñera y quedarse callado. “Por la veracidad y gravedad de los hechos, no había forma de pararlo”, dijo.
En vista de lo sucedido, una vez se conoció que los dos integrantes de su gobierno estaban comprometidos, el presidente decidió organizar un encuentro en privado para intentar aclarar lo ocurrido y tomar decisiones. Esa reunión se esperó durante todo el jueves, pero fue solo hasta altas horas de la noche cuando se concretó y allí resolvieron que tanto Sarabia como Benedetti se irían de sus cargos, para afrontar las investigaciones del caso.
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“Mientras se investiga, mi funcionaria querida y estimada, y el embajador de Venezuela se retiran del gobierno para que desde el poder que implican esos cargos no se pueda tener ni siquiera la desconfianza de que se van a alterar los procesos de investigación”, declaró Petro en la ceremonia de ascenso.
A través de las redes sociales, tanto la saliente jefa de Gabinete, como el embajador confirmaron sus renuncias y le enviaron sendos mensajes de agradecimiento a Petro por haberles permitido hacer parte de su gobierno.
“Tengo plena tranquilidad de haber obrado correctamente, con integridad y sin ningún interés particular”, manifestó Sarabia y dijo que estará presta a rendir todas las explicaciones necesarias para el esclarecimiento de los hechos. “Lucharé profundamente por defender mi reputación, mi buen nombre de todas las acciones malintencionadas que han rodeado todos estos episodios”, expresó Sarabia en un comunicado”.
Por su parte, Benedetti publicó una fotografía de la carta que le envió a quien fuera su jefe y en la que le anuncia su salida del cargo que ocupaba desde el año pasado en Caracas (Venezuela), tras el restablecimiento de las relaciones entre Colombia y el vecino país.
“Reabrir las relaciones con este hermano país, que acogió durante tantos años a miles y miles de compatriotas que por diferentes circunstancias encontraron refugio allí, reiniciar una relación comercial tan intensa y beneficiosa para ambos países fueron grandes logros y satisfacciones”, escribió.
Vamos a descubrir la verdad: Mindefensa
El ministro de Defensa, Iván Velásquez, calificó el nuevo episodio de las interceptaciones ilegales como “lamentable” y recordó que él fue víctima de este tipo de estrategias, bajo un mecanismo similar al que ahora se está revelando contra la exempleada de Laura Sarabia.
“Tiene que descubrirse quién dio la orden. Este no es un asunto de un investigador de la Dijín, que no tiene precisamente la iniciativa para hacer lo que ocurrió”, señaló Velásquez, al explicar que esta fue la orden que dio al director de la Policía Nacional, general William Salamanca.
Así mismo, le pidió a la Fiscalía General de la Nación que adelante con “toda prontitud” las respectivas investigaciones que ya se encuentran en curso, aunque resaltó que dentro de la Policía también se deben hacer.
“Este Gobierno no tolera las interceptaciones ilegales. Muchos de los que hacemos parte del gobierno ahora, padecimos en el pasado, en gobiernos anteriores, prácticas ilegales de esta misma naturaleza. Y esto no se puede repetir en el país”, señaló Velásquez.
Diez días ‘chuzadas’
La Fiscalía entregó ayer muy temprano nuevos detalles de las interceptaciones ilegales que se adelantaron en contra de Marelbys Meza, exniñera de la jefa de Gabinete de la Presidencia, Laura Sarabia, y dijo que las líneas permanecieron ‘chuzadas’ durante 10 días, hasta el 9 de febrero.
En un comunicado de prensa, el ente investigador desmintió a la Dijín, pues esa institución había afirmado que los teléfonos de la exniñera y otra empleada de servicio habían sido intervenidos antes de que hubiera ocurrido el robo del dinero.
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La Fiscalía aseguró que no es cierto que la orden de interceptar los teléfonos de las dos mujeres se haya dado el 26 de enero, como afirmó la Dijín, sino que en realidad se produjo el 30 de enero, cuando ya había ocurrido el hecho en la casa de la funcionaria de Gobierno.
En el comunicado se aclara que el 26 de enero sí fue solicitada la interceptación de dos personas, pero eran distintas a las dos empleadas.
“Solo hasta el 30 de enero fue cuando un uniformado de la Policía elaboró un formato en el que indicó que una fuente anónima aseguraba que las líneas de celular de la exniñera y la otra persona pertenecían a alias La Cocinera y alias La Madrina, dos presuntas integrantes del Clan del Golfo”, y pidió intervenir esos números.
Fue hasta el 9 de febrero que un investigador de la Dijín pidió suspender la interceptación porque “no arrojaba información sobre el Clan del Golfo y se escuchaban conversaciones personales”.
Ayer mismo, la Fiscalía General de la Nación también anunció la citación a interrogatorio que ordenó contra tres patrulleros y un intendente de la Policía Nacional, quienes se desempeñaban como analista de comunicaciones y los otros tres como investigadores.
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