Nombres de las calles después del terremoto de 1875
Por Acuerdo No. 25 de 1890 el Concejo de San José de Cúcuta ordenó que las calles de la ciudad llevaran nombres de próceres y las carreras nombres geográficos, iniciativa presentada a la corporación por el Prefecto de la Provincia de Cúcuta don Aníbal García Herreros. El Concejo atendió la sugerencia del Prefecto y fueron los nombres siguientes de las calles de norte a sur a partir de 1890.
Primera, calle Fortul; 2, calle Concha; 3, Márquez; 4, Acevedo y Gómez; 5, Maza; 6, Mutis; 7, Margallo; 8, Camilo Torres; 9, Girardot; 10, Ricaurte; 11, Nariño; 12, Caldas; 13, García Rovira; 14, Córdoba; 15, Soto; 16, Calle zea; 17, D'Elhuyar; 18, calle Castillo y Rada.
Después del terremoto, partir de 1890 a las primeras carreras de Cúcuta les asignaron nombres geográficos.
Primera, carrera Bolivia; 2, carrera Perú; 3, Ecuador; 4, carrera Venezuela; 5, Panamá; 6, Bolívar; 7, Santander; 8, Cundinamarca; 9, Boyacá; 10, Antioquia; 11, Magdalena; 12, Tolima; 13, Cauca; 14, Colombia.
El Concejo, con fecha 8 de mayo de 1899, dispuso que la ciudad tuviera una nomenclatura numérica ordenando que a partir de la Plaza Santander las calles se denominaran así:
Primera, norte; 2 norte, y así sucesivamente. A partir del costado sur de la misma plaza, seria, 1 sur, segunda sur etcétera, lo mismo a partir del costado oriental y del costado occidental.
La anterior disposición duró hasta mayo de 1913, fecha en la que el Concejo ordenó nueva numeración continua para las calles de norte a sur.
Primera calle la que separaba la tienda de El Ciclón de los talleres del Ferrocarril de Cúcuta, hoy Central de Transporte. Y para las carreras (o avenidas) también numeración continua de oriente a occidente, siendo la carrera primera el antiguo brazo de la Playa (el Hospital San Juan de Dios), hoy la biblioteca Pública Julio Pérez Ferrero.
En el año 1914 las carreras de Cúcuta empezaron a llamarse avenidas hasta nuestros días. Lamentablemente el sentimiento patriótico del Prefecto de Cúcuta don Aníbal García Herreros y de los concejales de 1890 al dar a nuestras calles los nombres de próceres colombianos, y a nuestras carreras los de las cinco Repúblicas libertadas por Bolívar y de los ocho departamentos de entonces, desaparecieron como símbolo de homenaje y gratitud, según el compendio histórico.
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