La Avenida Cero es una zona neurálgica para el comercio de Cúcuta. A lo largo de esa vía se encuentran bancos, salones de belleza, tiendas, restaurantes, oficinas, residencias, EPS y otros negocios beneficiados por el hecho de que la mayoría del tráfico de la ciudad pasa por allí.
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Esa ventaja se ha convertido, con el paso del tiempo, en una falencia para los conductores que deben transitar por allí pues algunos conductores irresponsables dejan sus vehículos parqueados en la calle.
Muchos, cuando les preguntan, tienen excusas como que esperan a un familiar o van a hacer una “vuelta” y no se demoran. Esos argumentos, carentes de responsabilidad, generan que en esa zona de la capital nortesantandereana haya una tendencia a incumplir las normas de tránsito.
A pesar de la existencia de las señales de no parquear los conductores dejan sus carros en los sitios prohibidos, entran a alguno de los establecimientos y salen tiempo después, sin importarles que esa acción provocó que el carril quedara disminuido y otros choferes tuvieran que ‘hacer malabares’ para no provocar un accidente, en medio del trancón.
Muchos recurren a ‘parqueaderos informales’, en el que le pagan unas cuantas monedas a un cuidador informal, sin tener en cuenta que esa persona no les garantiza que el automotor estará igual a como lo dejaron.
Y ni hablar de las llamadas ‘horas pico’, los carros y motos se acumulan por la Cero y un trayecto que normalmente debería duran 15 minutos puede tardar hasta una hora. Parte de esa situación se debe al mal parqueo al que muchos cucuteños están acostumbrados.
Un equipo periodístico de La Opinión recorrió esa avenida en una camioneta, desde el barrio Lleras Restrepo, hasta la calle 16; un trayecto que no duraría sino 15 minutos se prolongó a 45, debido a los carros y motos que estaban parqueados en la vía.
‘Deben tener pólizas’
Que muchos conductores cucuteños parqueen donde quieren, ignoren las señales de prohibido estacionarse y hasta tengan excusas rebuscadas cuando las autoridades los van a corregir, son parte de la lucha que Mayid Gene Beltrán, secretario de Tránsito y Transporte de Cúcuta, ha venido realizando para mejorar la movilidad de la ciudad.
Y es que no es solo la Avenida Cero, sino otros puntos comerciales de la ciudad donde los choferes invaden el espacio público sin importarle los demás. “Las personas no pagan el parqueadero y no ven que luego pasaría alguien y les roba un repuesto o se les pierde algo… ahí si están diciendo que la inseguridad de la ciudad está grave, pero no ven que con una acción como usar ese servicio se cuidan”, dijo.
Gene Beltrán indicó que en las comunas 1 y 2 de la ciudad (la Cero es parte de la número uno) hay un poco más de 300 parqueaderos, un servicio que se ve recurrentemente desocupado, pues la gente prefiere darle monedas a cuidadores informales que no garantizan que el automotor permanezca en perfectas condiciones.
No solo eso, en la ciudad están prohibidos los ‘parqueaderos’ informales, que se instalan afuera de cualquier negocio concurrido. “Los únicos parqueaderos aprobados son intramurales, donde le pueden responder en caso de algún imprevisto porque tienen pólizas de seguro…”, dijo el funcionario.
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Pero, la mayoría de los conductores no se fija en los beneficios de un parqueadero autorizado, sino en lo que le caiga mejor al bolsillo: la hora de motocicleta vale $1.000, de carro $1.800; si dejan el vehículo, una tarde completa, a un cuidador informal pueden darle menos que eso.
Lo barato sale caro, pues si un Policía de Tránsito los sorprende, la multa por parquear en un lugar no autorizado vale $468.450, que es, para vergüenza de muchos, una de las cinco infracciones que más se impusieron en la ciudad durante el 2021.
En cifras, a corte del 22 de febrero de este año, cerca de 2.700 vehículos han sido inmovilizados por esa falta; mientras que en 2021 fueron 6.700, y en 2020, 5.000. En otras palabras, en menos de un trimestre la Policía de Tránsito se ha llevado la tercera parte de los automotores del año pasado.
“Un ejemplo de esa acción es el trágico hecho ocurrido el año pasado, en el que una volqueta mal parqueada provocó un accidente de tránsito en el que un taxista murió”, aseguró Mayid Gene.
La malicia indígena
El mayor Giovanni Chávez, comandante de la Policía de Tránsito de Cúcuta, dijo que en Cúcuta es lamentable la cultura de permisividad con el mal parqueo; la gente deja el carro donde no deben y, con el pago a los cuidadores, auspician un negocio ilegal que causa congestiones en la movilidad.
En la Avenida Cero las personas no entienden que las bahías son para el descargue de mercancías; afuera de los bancos el espacio de parqueo en la vía es para los carros de valores, y en las EPS para el traslado de pacientes.
“Se adelantan los controles para que las personas entiendan que deben dejar los vehículos en lugares adecuados: bahías o parqueaderos. El valor de la multa es mayor a lo que vale una hora de parqueo -hasta $1.800 pesos en el caso de un carro, $1.000 si es una moto-”, añadió Chávez.
El mayor Chávez ya se había referido, en ocasiones anteriores, a que la invasión de espacio público y la falta de cultura ciudadana (que se demuestra con ese parqueo informal) son factores que generan trancones.
La falta de cultura de parte de los conductores es un tema que a Alfonso Sanabria, experto en movilidad, le apasiona explicar. Él cree que no hay una fórmula mágica para hacer que las personas entiendan que parqueando mal u obstruyendo las vías está mal.
En lo que sí cree Sanabria es que se debe tener una conciencia colectiva, en la que la gente piense en el prójimo. “Si ven a los policías siempre van a decir que estaban ahí desde hace un minuto, que es una emergencia y más pretextos. Pero, con una cultura de parqueo eso puede cambiar”, indicó.
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