Neyda Coromoto Rebolledo Tovar estaba totalmente convencida de que en Cúcuta encontraría lo que perdió en San Joaquín, una población del estado Carabobo (Venezuela): una estabilidad económica para darles una mejor calidad de vida a sus dos hijas.
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Por eso, esta mujer, de 45 años, se vino para la capital de Norte de Santander en 2019 con la idea de encontrar un buen trabajo y así ganar el dinero que le serviría para enviarles a sus seres queridos.
“Ella viajaba para Cúcuta un mes, por ejemplo, y volvía para estar con sus hijas, entre ellas una de 8 años, para compartir momentos juntas. Luego regresaba a esa ciudad de Colombia para retornar a su jornada laboral”, dijo un hermano de la mujer.
Pero tristemente, la ilusión de Rebolledo Tovar para sacar adelante a sus hijas, se terminó el lunes hacia las 11:10 de la mañana, cuando en el parque Mercedes Ábrego hicieron estallar una bomba que contenía dos kilos de explosivo Anfo, tachuelas y puntillas.
Neyda Coromoto fue la única víctima mortal de este atentado que aún no tiene una explicación clara por parte de las autoridades, pues a pesar de que el comandante de la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc), coronel Juan Carlos Ramírez, aseguró que el hecho iba dirigido contra el CAI, aún hay muchas dudas, porque el artefacto fue dejado en un caneca de basura que estaba a 15 metros de esa instalación y no al lado.
Ella, hoy es recordada como una persona amable, alegre y dedicada a su familia, pues así la describieron varias personas que la conocieron.
En el atentado también resultaron heridas siete personas, entre ellas, Angie Viviana Rubio Cordero, José María Peralta Barrios, Omar Herrera Hurtado, Mariangel Urbina Mijares, Nelson Enrique Espinel Contreras, Maryury Zugey Pérez Soto y Nuryi Alejandra Galaviz González.
¿Cómo fue?
Veinticuatro horas después de que se registró el atentado terrorista, un equipo de La Opinión volvió al sitio donde ocurrió el suceso y conoció otros detalles de cómo ocurrió todo.
Lo primero que contaron quienes diariamente se la pasan en el parque Mercedes Ábrego rebuscándose para ganar algo de dinero, es que como en Cúcuta llovió esa mañana, el lugar se encontraba algo desolado.
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Ni el policía que siempre permanece en el CAI había salido a ver qué pasaba a su alrededor y en ese sitio solo habían unos cuantos vendedores ambulantes y unas pocas personas, entre ellas Neyda Rebolledo.
Ella –según versiones- llegó pasadas las 10:00 de la mañana y se paró cerca del puesto de venta de tinto y dulces que siempre hay en la esquina del parque de la calle 8 con Avenida Octava. Todo transcurría en calma.
Pero cuando el reloj marcó que eran las 11:10 a. m. se dio la explosión que paralizó por tres horas y se llenó de pánico esa parte del centro de Cúcuta, dejando a la mujer muerta, siete personas más heridas y varios daños en los locales comerciales alrededor.
Neyda Coromoto llevó la peor parte del atentado, porque se encontraba a escasos cinco metros de la caneca donde dejaron el explosivo y una lata retorcida se le incrustó en el pecho, dejándola gravemente herida.
“Ella alcanzó a caminar hasta la venta de tintos, estaba muy grave y pedía que la auxiliaran, una mujer la agarró y le dijo que se acostara al lado del árbol, pero como no llegaron rápido a ayudarla para ser trasladada al hospital, murió. Verla morir fue algo muy traumático”, comentó una vendedora ambulante de esa zona.
Los trágicos instantes de agonía de Neyda Rebolledo Tovar quedaron en un video que grabó uno de los tantos curiosos que llegaron corriendo al parque. Las otras personas resultaron con heridas no tan graves en las piernas y en la espalda, por la metralla del artefacto explosivo, que las autoridades creen que fue instalado por el Eln o la disidencia de las Farc y lo activaron por medio del control de una alarma de carro.
‘Una mujer elegante’
Ayer, muchas de las personas que conocieron a Neyda Coromoto señalaron que su historia en Cúcuta arrancó en 2019, cuando llegó a trabajar en el centro de la ciudad y así poder enviarle dinero a sus seres queridos. Ella, según dijo una amiga, se instaló en una habitación en el barrio El Llano, donde cada mañana salía a trabajar y regresaba por la noche a descansar.
Esta mujer siempre se caracterizó por ser alguien de pocas palabras, que no le gustaba meterse en problemas, que siempre usaba vestidos de colores y era vanidosa a la hora de maquillarse, según dijo la amiga.
“Uno la veía llegar tipo 7:30 de la mañana, saludaba y luego compraba unos chicles para trabajar. Siempre usaba vestidos, el último día (el lunes) fue hasta raro que tuviera una licra negra”, contó la mujer.
Y recordó que el día del ataque ella no llegó temprano, pues estaba lloviendo, por lo que hacia las 10:00 a. m. arribó al parque, saludó a sus compañeras y comenzó a trabajar, horas después ocurrió el lamentable hecho.
Se conoció que la mujer llevaba unos 20 días en Cúcuta, porque en marzo viajó a Venezuela a visitar a sus seres queridos. Al parecer, Neyda Rebolledo les habría contado a sus amigas que tenía planeado regresar con su familia, ayer.
Una trágica noticia
La familia se enteró de la muerte de Neyda hacia las 9:00 de la noche del lunes, cuando observaron varias publicaciones en redes sociales sobre la explosión en el Parque Mercedes Ábrego, que había dejado como saldo a una mujer muerta y siete heridos.
“Como estamos en Venezuela no supimos en tiempo real sobre lo ocurrido. En la noche fue que vimos que en Facebook pusieron fotos de ella y su nombre, nos asustamos y la llamamos en varias oportunidades, pero no nos respondió”, contó el hermano de la mujer.
Desde ese momento todo es tristeza para los familiares de la mujer, pues no entienden por qué ella tuvo que morir si no se metía con nadie, por lo que esperan que su muerte no quede en la impunidad y las autoridades encuentren a los responsables.
Más de la investigación
Luego de establecer que en el artefacto usaron dos kilos de un explosivo de alto poder (Anfo), además de ser reforzado con tachuelas y puntillas, para provocar un mayor daño, las autoridades comenzaron a analizar los diferentes videos que grabaron las cámaras de seguridad que hay en esa zona para tratar de identificar a los responsables.
Los investigadores se han dedicado a revisar los videos que fueron grabados desde 24 horas antes de la explosión, pero hasta el momento no han visto nada extraño.
“Quien puso esa bomba supo el punto exacto, pues las cámaras no muestran mucho, se ve el diario movimiento de personas por ahí. Lo que también se está analizando es qué se buscaba con ese hecho”, sostuvo una fuente judicial.
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