Un taller de mecánica, ubicado a seis cuadras del parque principal de Chinácota no solamente sirve para desvarar los vehículos de los chitareros, sino que es el sitio idóneo que la familia González Pérez utiliza para ensayar las presentaciones de su grupo musical: ‘Tamakún y sus muchachos’.
Llaves, destornilladores, martillos y otras herramientas contrastan con las manchas de aceite del lugar, y cada sábado, después de una larga semana de labores, el lugar es adecuado con el fin de pulir los detalles de la agrupación.
Los utensilios de la mecánica son reemplazados por instrumentos musicales, además de micrófonos, cables, una planta de sonido y otros elementos de la agrupación, con el fin de desahogar los retos automotrices que dejó la semana y que se convierten en la principal inspiración para preparar las presentaciones en ferias y fiestas aledañas a Chinácota.
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El protagonista de esta historia es Albany González Ortega, un mecánico, latonero y soldador, quien encontró en la música otra forma de ‘arreglar’ el ánimo de las personas.
Albany comenta que lleva 40 años en la mecánica, pero hace 18 todo cambió debido a que la música se convirtió en el principal combustible que hizo mover su corazón a unas revoluciones nunca antes vistas y sincronizó su vida hacia las notas musicales.
“Desde niño siempre me gustaron los carros, yo comencé con reparaciones pequeñas como rodamientos, frenos, y así fui adquiriendo conocimientos hasta aprender a arreglar motores, cajas, transmisiones, latonería y pintura, y ahorita me especializo como soldador y mecánico en general”, dijo.
‘Tamakún’, como es conocido, asegura que gracias a la mecánica pudo sacar adelante a su familia, logró darles estudio a sus hijos, por lo que ya poco se engrasa las manos, pues el trabajo duro de la profesión lo reemplazó por momentos de inspiración para componer canciones o realizar los ensayos del grupo.
“La mecánica la ejerzo entre semana y cuando llega sábado, domingos y festivos se la dedico a la música, por lo que el tiempo lo divididos entre los ensayos y las presentaciones. La cuestión de la mecánica ya es pocón, ya gracias a Dios mis hijos son profesionales, ya he dejado el trabajo pesado, y gracias a la música cada semana nos salen uno o dos toquecitos”, reconoce.
¿Quiénes hacen parte de la agrupación?
‘Tamakún y sus muchachos’ nació precisamente en medio de uno de los cantos que Albany acostumbraba a hacer en su taller junto a su familia, pues fue allí donde un músico del municipio lo halló y lo invitó a pulir detalles para presentarse en la Feria Internacional San Nicolás de Chinácota, en el 2004.
“La historia con la música es muy linda, pues estaba practicando con un piano pequeño y en esas pasó un amigo que le llaman ‘Maracucho’, él me invitó a una feria, a una tarima, y vulgarmente pusimos la torta, pero ese fue el comienzo de Tamakún y sus muchachos”, comenta.
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Otra parte importante del grupo es Kevin González, quien es ingeniero electromecánico de profesión y músico de pasión, pues al igual que su padre alterna sus obligaciones laborales profesionales con la mecánica y la música.
Sobre el génesis de la agrupación, Kevin sostiene que comenzó tocando una guacharaca que habían hecho junto a su papá con un tubo de PVC, por lo que aprovecharon esa primera oportunidad de presentarse en las ferias para romperla.
“Nosotros no estábamos preparados, pero armamos el combito. Ese día de la presentación todo se echó al traste, pues el piano, que era nuestra guía, no se pudo conectar al sonido que trajeron, por lo que tocó con instrumentos de cuerda, pero esa enseñanza nos hizo fortalecernos más para crecer como grupo musical”, reconoce Kevin.
El otro miembro del grupo es Rubert González quien, al igual que su hermano, fue creciendo a la par con la agrupación musical.
Actualmente toca el timbal, el cual deja a un lado, por varios días, para dedicarse a su carrera de ingeniería de sistemas.
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“Le doy gracias a mi papá que nos infundió lo que es la música, y así hemos ido creciendo con ella. Antes sí me enfocaba en la mecánica, alcanzando herramientas, aprendiendo, pero ahorita estoy metido de lleno en mi carrera, aunque la música no la puedo dejar”, comentó.
La esposa y madre
De la agrupación también hace parte María Pérez, esposa de Albany y mamá de Kevin y Rubert, quien es bailarina y líder del coro.
Igualmente, Yonalbert Pérez y Jhonny González conforman el grupo en coros y algunos instrumentos, además de la colaboración de Alejandro Ortega.
“Es un grupo familiar, es mi esposa, hijos y sobrinos, todos tenemos en común que nos gusta la música y la mecánica. Ese es un requisito para pertenecer a la agrupación, además de ser alegres y servir para llevar alegría a otras personas”, señala Albany González.
Ya tienen dos producciones
Kevin, quien se ha dedicado a que la agrupación pase a ofrecer un servicio profesional con todas las garantías, contó que, a la fecha, son dos las producciones musicales que tiene ‘Tamakún y sus muchachos’.
“Realmente el primer CD que grabamos fue con Junior Castrillón, por ahí en el 2009 y 2010, él nos impulsó y nos prestó sus estudios, fue un ritmo tropical, con algunas canciones inéditas, fueron 10 temas”, recuerda.
Cuatro años después, tras la experiencia de grabar en un estudio, sacaron su segundo CD con cinco temas inéditos, los cuales fueron en su mayoría composiciones de su padre Albany.
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“Estamos cerca de sacar un nuevo trabajo musical, estamos en la búsqueda de un estudio que nos dé una mejor calidad, ya lo tenemos presupuestado y la idea es sacarlo lo más pronto posible, siempre con la misión de alegrar a las personas”, aseguró.
Albany, por su parte, reconoce que la agrupación tiene su inspiración en el fallecido cantante Pastor López, además del grupo Caliche, y unos toques de carranga campesina, pues esa es la música que le gusta al pueblo.
“Nosotros nos inspiramos mucho escuchando música como merengue bailable, música de Pastor López, música alegre, tropical, en sí música para rumbear, de la que ponen a bailar a la gente, a azotar baldosa”, complementa.
Cruzando fronteras
‘Tamakún y sus muchachos’ ha llevado su alegría a ciudades como Caracas, San Cristóbal, Bucaramanga y Cúcuta, además de municipios del oriente colombiano y del occidente venezolano.
Los miembros del grupo coinciden en que ‘Tamakún y sus muchachos’ son como un carro, en donde se necesita de un engranaje para que las piezas casen y funcionen perfecto, aclarando que, de llegar a fallar, son varios los mecánicos que podrían repararlo para que la fiesta no pare.
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