La construcción de una nueva universidad representa un paso transformador para cualquier región, especialmente en una zona como el Catatumbo, donde se levantará una Institución de Educación Superior (IES) en el municipio de El Tarra, que tendrá como fin, no solo impulsar la formación académica de sus estudiantes, sino también, generar espacios de paz que permitan acabar con la sombra del conflicto armado.
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Recientemente se conoció que la Agencia de Renovación del Territorio (ART), encargada del proyecto para dar vida a la Universidad del Catatumbo, ya tiene prácticamente todo listo para iniciar la construcción de la infraestructura. Sin embargo, surge la pregunta: ¿cómo se consolidará la institución en términos educativos?
Para dar respuesta a este interrogante, La Opinión entrevistó a Ricardo Moreno Patiño, viceministro de Educación Superior, quien dio a conocer que, así como la ART ha venido avanzando en materia de obras y diseños, el Ministerio de Educación Nacional (MEN) también lo ha hecho.
En este sentido, destacó el importante avance del proyecto de ley para la creación de la Universidad del Catatumbo, diseñado con un enfoque participativo que integra a las comunidades locales, las autoridades académicas y diversos actores sociales, resaltando el papel de una institución de educación superior como motor de transformación y esperanza.
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El funcionario explicó que el proyecto de ley que busca formalizar la creación de esta institución educativa ya fue presentado al Ministerio de Hacienda y Crédito Público para su respectiva evaluación fiscal, precisando que este proceso es clave para cumplir con los requisitos establecidos en la Ley 30 de 1992, que regula la creación de universidades en el país.
Según Moreno, la propuesta final, ajustada y retroalimentada, tras reuniones con diversos actores en el Catatumbo, podría ser radicada en el Congreso de la República en 2025.
De acuerdo con el artículo 58 de la Ley 30 de 1992, el proyecto de creación debe acompañarse por parte del gobierno con un estudio de factibilidad socioeconómica aprobado por el Ministerio de Educación Nacional, no sin antes tener un concepto favorables del Consejo Nacional de Educación Superior (CESU).
El viceministro indicó que dicho estudio de factibilidad, financiado por el MEN ya está siendo desarrollado por la Universidad Pedagógica Nacional, “con el objetivo de contar con los documentos necesarios para radicar el proyecto de manera formal ante el Congreso de la República”.
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Asimismo, dio a conocer que, con el estudio de pertinencia educativa que estuvo a cargo de la Universidad Francisco de Paula Santander (UFPS), se identificaron las áreas de conocimiento y los programas académicos más adecuados para la región.
Aunque La Opinión consultó sobre cuáles serán los principales programas con los que contará la Universidad del Catatumbo, Moreno preciso que la decisión final sobre la oferta académica dependerá de la creación de la IES y de los registros calificados que se deben asignar a cada carrera.
“Del estudio de pertinencia educativa salió una caracterización de diferentes áreas de conocimiento, diferentes programas que tienen que ver con desarrollo rural, con salud, con educación, con la administración, pero realmente es una lista muy amplia, que solamente la universidad creada es la que tiene la determinación, como lo establece la ley de decidir cuáles son las carreras que va a ofertar y lo que va a presentar al Ministerio de Educación para la obtención de su registro calificado”, precisó el funcionario.
¿Cuál es la importancia del registro calificado?
Según el Sistema de Aseguramiento de Calidad en Educación Superior (Saces), el registro calificado es la licencia que el MEN otorga a un programa de educación superior cuando demuestra ante el mismo que reúne las condiciones de calidad que la ley exige, destacando que, “el Estado en concertación con el sector educativo superior, define y evalúa permanentemente esas condiciones de calidad, tanto para programas como para instituciones”.
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Es decir, se puede entender como una autorización de funcionamiento, que se renueva cada 7 años, resaltando que todo programa debe tener dicho registro calificado para poder operar.