Fondo Colombia en Paz (Fondopaz) se convertirá en el vehículo financiero para cumplir con la promesa que le hizo el presidente Gustavo Petro a los habitantes más golpeados por el conflicto armado en Norte de Santander: la construcción de la Universidad del Catatumbo en el municipio de El Tarra.
Según se dio a conocer este viernes, Fondopaz, firmó un convenio con la seccional Ocaña de la Universidad Francisco de Paula Santander, que tiene como objetivo aunar esfuerzos técnicos, administrativos y financieros para elaborar el estudio de pertinencia educativa en la región del Catatumbo e identificar el contexto actual de la educación de manera integral.
Esta alianza permitirá la consolidación de la información primaria, estudios previos y de cifras de entidades nacionales y territoriales, así como el diseño de una propuesta pre arquitectónica (caracterización y diseño) de los ambientes y espacios físicos que se requieren.
Conozca: Mercurio: el veneno oculto que asusta a Colombia
“El Proyecto de educación superior para el Catatumbo tendrá como eje el municipio de El Tarra, ayudando a todos los miembros de la comunidad a cumplir sus objetivos y alcanzar su verdadero potencial para su proyecto de vida. Este estudio de pertinencia nos dará los elementos para estructurar una oferta educativa integradora para la región en los términos planteados por el presidente y materializados por la Agenda de Renovación del Territorio y el Fondopaz de presidencia”, dijo Camilo Cetina, director de Fondopaz
La inversión
Con una inversión de cerca de 650 millones de pesos, correspondientes a los aportes de la subcuenta de la Agencia de Renovación del Territorio – PDET del Fondo Colombia en Paz y un aporte en especie por parte de la Universidad Francisco de Paula Santander, esta firma se convierte en un paso primordial para hacer realidad el sueño de la Universidad del Catatumbo, una deuda histórica del Gobierno Nacional.
Gracias por valorar La Opinión Digital. Suscríbete y disfruta de todos los contenidos y beneficios en http://bit.ly/SuscripcionesLaOpinion