Este 26 de marzo se conmemora el Día Púrpura en apoyo a los pacientes que viven con epilepsia, una enfermedad crónica cerebral caracterizada por convulsiones recurrentes y que afecta a cerca de 767.251 colombianos y a 50 millones de personas a nivel mundial.
Gracias al avance científico y al desarrollo de tratamientos adecuados, millones de pacientes con epilepsia alrededor del planeta pueden vivir una vida plena y de calidad. Sin embargo, más allá del control clínico de la patología, todas las personas son susceptibles de pasar por una convulsión; de hecho, se estima que más del 10% de la población sufre al menos un episodio a lo largo de su vida y, por ello, es clave actuar a tiempo y contar con atención médica que valore cada caso particular.
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Por esta razón, GSK comparte información para que pacientes, cuidadores y población general reconozcan los síntomas, sepan qué hacer en medio de la situación y tengan claro aquello que se recomienda después de una crisis. “Es un compromiso de todos luchar por mejorar la calidad de vida de las personas que sufren epilepsia”, aseguró Carolina Duarte, Gerente Médico de GSK Colombia.
1. ¿Qué es una convulsión?
Las convulsiones se pueden identificar por movimientos breves involuntarios que pueden afectar una parte del cuerpo (convulsiones parciales) o su totalidad (convulsiones generalizadas). Se presentan producto de descargas eléctricas excesivas de grupos de células cerebrales que pueden producirse en diferentes partes del cerebro, y su intensidad depende del órgano en la que comienza y cómo se propaga.
2. ¿Cuáles son sus principales signos y síntomas?
- Pérdida del conocimiento, conciencia y esfínteres.
- Rigidez generalizada.
- Alteraciones de movimiento de los sentidos (incluyendo visión, audición y gusto).
- Cara morada.
- Mordedura de lengua.
- Cambios de estado de ánimo u otras funciones cognitivas.
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3. ¿Qué debo hacer si veo una persona con estos síntomas?
- Aflojar la ropa alrededor del cuello (botones, pañoletas, corbatas).
- No mover a la persona; solo se recomienda en caso de que se encuentre en una situación de peligro, por ejemplo, sobre una ventana o en una postura de riesgo.
- Ubicar al paciente de medio lado para hacer fluir la respiración.
- Medir el tiempo de duración de la crisis y observar el episodio detalladamente (para el seguimiento médico, es clave el testimonio de un tercero para dejar constancia de los signos y comportamiento del paciente).
El episodio de convulsión tiene un ciclo y se termina por sí solo; es decir, no se va a detener porque el cuidador intente contener los movimientos. Además, nunca se deben introducir objetos en la boca, dar respiración boca a boca, ni suministrar alimentos, bebidas o medicamentos al paciente.
4. Después de la crisis, ¿qué es lo recomendable?
- Una vez la persona se recupere, es importante intentar tranquilizarla y mostrar apoyo.
- Ubicarla en un lugar tranquilo y ayudarla a orientarse.
- Compartir con el paciente o sus cuidadores los signos, el tiempo de duración y el comportamiento del paciente en el momento de la crisis.
- En caso de que la crisis dure más de 5 minutos, se debe acudir al médico de manera urgente.
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