Recostado en una hamaca y visualizando videos en su celular, así estaba Álvaro Chinchilla Sánchez, la noche del miércoles, en la finca que él administraba, cuando fue asesinado de dos impactos de bala, que le propinó uno de los dos hombres que entraron al predio.
Eran las 8:00 de la noche, cuando en la finca, que está ubicada en el barrio San Gerardo, por la vía principal que conduce al corregimiento San Faustino, sonaron los tiros. En ese lugar también estaban presentes varios familiares de la víctima, de 47 años, incluido un niño.
Según testimonios conocidos por este medio, los asesinos llegaron a pie y preguntaron quién era ‘Ventura’ y cuando Chinchilla Sánchez respondió ‘ya va’ e intentó pararse, el pistolero le apuntó y le disparó el primer tiro en la cabeza, el segundo se lo propinó en el costado derecho.
“El señor estaba ya descansando. Tenía poco de haberles dado la comida a los caballos y estaba ahí con su familia. Segundos antes de que los hombres llegaran, en sus brazos tenía a su nieto, de 2 años”, contó un testigo.
El pistolero y su acompañante, luego de dispararle a la víctima, huyeron de la finca a pie y metros más adelante se montaron a un carro, que los esperaba sobre la vía principal.
Los familiares de Álvaro Chinchilla como pudieron, auxiliaron a su ser querido y entre gritos le pedían que resistiera.
No pudo sobrevivir
Una ambulancia llegó al lugar, que está a dos cuadras de la Penitenciaría de Cúcuta, y luego de subir a la víctima, junto con su esposa, salieron con rumbo al Hospital Universitario Erasmo Meoz.
“En el camino mi mamá le hablaba y él solo la miraba muy triste. No podía hablar, pero con su mirada le decía todo”, recordó una hija de Chinchilla.
Varios familiares llegaron al lugar y aferrados a Dios, se arrodillaron y suplicaron por su ser querido. Entre lágrimas, recordaban ayer, que la súplica al cielo era que Dios se los devolviera.
“Somos una familia cristiana. Él mismo nos inculcó recurrir a Dios en todo lo que necesitáramos, por eso, de rodillas oramos, pero se fue. No habíamos terminado de orar cuando la noticia nos llegó. Es muy triste, muy doloroso”, narró la hija.
Sin respuestas
Los familiares del hombre asesinado aseguraron que tienen más preguntas que respuestas.
Álvaro Chinchilla Sánchez era oriundo de Pailitas (Cesar), de dónde provino desde hace 2 años y 5 meses, ante la oportunidad de administrar esa finca y de sacar a su familia adelante.
“Era un padre ejemplar. Siempre buen consejero, que amaba a sus hijos y a sus nietos. Era un obrero de ese lugar que recibía órdenes, abría el portón y alimentaba los pájaros, gallinas, conejos y yeguas”, dijo otra familiar.
Lo único que les parece extraño a la familia, es que en ese sitio, al anterior administrador le llamaban ‘Ventura’ y una vez él llegó allí, también le pusieron ese apodo.
Un hombre feliz
“No entiendo nada. Mi marido no era un hombre malo. No sé qué voy a hacer sin mi esposo. Solo queremos una explicación, de lo demás se encargará Dios”, dijo la esposa.
En los recuerdos de los seres queridos quedarán grabados los momentos que compartieron en familia y que eran propicios para expresarse todo el cariño que se tenían.
“Mi papá era un hombre feliz, que le gustaba compartir mucho con su familia. Él era de festejar los cumpleaños a sus hijos. Justo para mi cumpleaños, en febrero, no teníamos dinero y él me armó una recocha para pasarla con todos”, recordó una de las hijas, mientras dejaba escapar lágrimas en su rostro.