Uno de los miedos más comunes que enfrentan los transeúntes es tener que pasar con un camino oscuro. A veces suelen elegir recorridos más largos pero iluminados para sentir seguridad.

Y es que cuando un simple paseo nocturno hasta la tienda de la esquina o la casa del vecino se vuelve una pesadilla por la falta de luz, aumenta la sensación de inseguridad en la zona. ¿Por qué? Pues estos escenarios sombríos se vuelven el lugar perfecto para el delito: ladrones, carteristas y atracadores suelen ocultarse en estos espacios para esperar a sus víctimas.

Está demostrado que una mejor iluminación en las vías públicas disminuye considerablemente los índices de delincuencia al operar como factor disuasivo y así lo ha demostrado AGM.

Esta empresa ha trabajado en varios municipios de Colombia en los que ha tenido más éxito en este campo, después de hace una adecuada instalación del alumbrado público: Turbaco y Riohacha, Cúcuta, Ocaña, Margarita, Magangué, Mompox, San Juan del Cesar, Ubaté, Pitalito, Puerto Santander, Calamar, Convención, Pamplona, Tibú, Urumita, Abrego, La Gloria, entre otros, son muestra de ello.

Un reciente estudio del Departamento de Criminología de Chicago descubrió que en los casos de fallas en el alumbrado público (típicamente interrupciones de energía), el crimen sube hasta 134%. O sea, tal vez la cuestión no sea tanto si las calles están bien o mal iluminadas, sino si están realmente iluminadas. Claramente la ausencia de alumbrado público es un problema de seguridad, tanto vial como casos de hurto a peatones. 

Más información aquí: https://agmdesarrollos.com/alumbrado-publico-agm-un-aporte-a-la-seguridad/