La mansión vandalizada, adquirida por el exfutbolista durante su relación con Shakira, se encuentra en una finca de 14.000 metros cuadrados, con 1.300 de área construida. Cuenta con lujosas instalaciones y campos de golf. Tras la separación, Piqué quedó como propietario del inmueble, un lugar que visita ocasionalmente para descansar y tomarse unos días por fuera del ruido de la ciudad.
El hecho de que muchas personas adquieran viviendas lujosas en este lugar contribuye al aumento del costo de vida, dificultando el acceso a viviendas para los jóvenes locales, según expresaron los integrantes de Arran y aumentando la crisis del sector inmobiliario.
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En las paredes de la mansión, los manifestantes escribieron frases como “Fora Pijos” (Fuera los ricos), que fueron interpretadas para muchos como un acto de vandalismo que pone de manifiesto las tensiones que vive Cataluña. Mientras tanto se espera a que Gerard Piqué se pronuncie de manera oficial rechazando los actos vandálicos de los que fue víctima.
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