Los bomberos proseguían este martes su lucha "cuerpo a cuerpo" contra un devastador incendio en la isla griega de Eubea, que asedia pueblos, carboniza pinares y convierte a las casas en carcasas humeantes.
Más de 3.000 personas han sido evacuadas por mar de la montañosa y arbolada isla griega, situada a 200 km al este de Atenas, y cuya parte norte está abrasada por el fuego desde hace ocho días.
Los bomberos batallaban para evitar que las violentas llamas alcancen la localidad de Istiea, que alberga a miles de habitantes.
En días en que el termómetro superó ampliamente los 40° en muchas partes, 586 incendios fueron declarados en el país, según el viceministro de la Protección civil, Nikos Hardalias.
"Los ciudadanos y los bomberos están librando una batalla cuerpo a cuerpo, y luchan con todo su corazón y su alma" declaró en su página Facebook el alcalde de Istiea, Yiannis Kontzias.
"Esperamos apoyo aéreo, pero veremos si la humareda permite volar", agregó.
Grecia y Turquía viven desde hace dos semanas una ola de violentos incendios, avivados por la sequía y temperaturas muy elevadas. Ocho personas murieron en las costas turcas y dos cerca de Atenas, y decenas fueron hospitalizadas. Turquía parece haber controlado la mayoría de los incendios, pero Grecia se enfrenta a "una catástrofe natural de proporciones inéditas" según el primer ministro Kyriakos Mitsotakis.
Las llamas han arrasado más de 93.700 hectáreas desde el 29 de julio, según el Sistema Europeo de Información sobre Incendios Forestales (EFFIS). Menos de 2.300 hectáreas han ardido, de media, en el mismo periodo entre 2008 y 2020.
En el Peloponeso, los incendios se reanimaron, obligando a las autoridades a ordenar la evacuación de más de una decena de pequeños pueblos en la región de Gortynia.
"Si pasa el fuego, se acabó"
Durante la noche, bomberos y voluntarios trabajaron en diferentes frentes para contener el fuego que abrasa desde el 3 de agosto esta inmensa isla.
Los bomberos crearon cortafuegos para proteger algunos pueblos del avance de las llamas. En la carretera que conducía a Kamatriades, una quincena de habitantes intentaban contener ellos mismos el inexorable avance de las llamas, constató un equipo de la AFP.
"Si el fuego pasa aquí, se acabó", advertía un joven voluntario.
El martes por la mañana, el alcalde de Istiea se mostraba "optimista en este frente" de Kamatriades.
"Hemos conseguido controlar este frente, porque lo hemos irrigado desde el suelo y desde el aire" el lunes, dijo el alcalde interrogado en la cadena ERT.
Pero en otro frente, un centenar de bomberos, entre ellos serbios y eslovacos, habían desplegado el martes por la mañana sus mangueras para luchar contra el implacable avances de las llamas, según constataron en el lugar periodistas de la AFP.
Alrededor de un total 870 bomberos están movilizados en el norte de la isla, donde se han reforzado los efectivos, muchos de ellos procedentes de Chipre, Eslovaquía, Polonia, Serbia y Rumania, según los servicios griegos de incendios. Diecisiete helicópteros antiincendio estaban movilizados --dos de ellos de Suiza y otros dos de Egipto--, así como ocho aviones cisterna, entre ellos tres Canadairs franceses, según la misma fuente.
Primer ministro pide perdón
El alcalde de Istiea dijo que "los helicópteros habían ayudado mucho" el lunes y que "si hubiéramos hecho eso desde el principio, habríamos evitado toda esta destrucción".
"Se han cometido errores, y debemos sacar las conclusiones de ello. El Estado griego no deberá olvidar jamás lo que ha ocurrido al norte de Eubea" agregó el alcalde a la cadena ERT TV.
El 'premier' Mitsotakis, criticado por la oposición, además de por residentes y autoridades locales, ofreció disculpas por "posibles errores" cometidos por el gobierno griego.
"Pido perdón por los posibles errores" cometidos en la respuesta gubernamental a los incendios, declaró Mitsotakis el lunes por la noche en una intervención televisada.
"Hemos hecho todo lo que era humanamente posible, pero en muchos casos no ha sido suficiente", reconoció.
Humo de Siberia alcanza el Polo Norte
Los incendios forestales que azotan a Siberia siguen empeorando, indicaron las autoridades rusas, una catástrofe que ha alcanzado tal magnitud que incluso el humo ha llegado al Polo Norte, según constató la NASA.
Los científicos rusos apuntan a que los incendios actuales son una consecuencia del aumento global de las temperaturas.
En la región de Yakutia, un área enorme y escasamente poblada en el norte de Siberia, la situación "continúa empeorando con una tendencia creciente en el número y área de incendios forestales", precisó la agencia meteorológica rusa Rosguidromet en su sitio web.
Según este organismo, más de 3,4 millones de hectáreas de bosques se han quemado, incluso en puntos "de difícil acceso y remotas". "Un humo espeso se extiende a lo largo de la vasta zona", subrayó.
La agencia espacial estadounidense NASA, por su parte, informó en un comunicado que el humo de los incendios en Yakutia había "atravesado más de 3.000 km hasta llegar al Polo Norte, lo que parece ser el primero en la historia documentada". La NASA asegura que "el humo denso y acre emitido por los incendios forestales cubrió el 6 de julio la mayor parte de Rusia", fotografiada por satélites.
Durante una visita a Yakutia a finales de julio, los bomberos y las autoridades locales dijeron a la AFP que carecían de hombres, equipos y otros recursos para hacer frente a la magnitud de los incendios.
Los ecologistas cuestionan la política rusa de extinción de incendios forestales, incluido un decreto del Gobierno de 2015 que permite a las autoridades locales ignorar los incendios si el costo de apagarlos excede el daño estimado.
Según Alexei Yaroshenko, especialista sobre medioambiente de Greenpeace Rusia, los incendios ya han devastado 14,96 millones de hectáreas en este país desde el 1 de enero, el peor año después de 2012.
Precisamente, los expertos en clima de la ONU (IPCC) publicaron este lunes un informe en el que afirman que la humanidad es "indiscutiblemente" responsable del cambio climático y no tiene más remedio que reducir drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero, si quiere limitar los daños.