A dos años del gobierno Petro, la Paz Total, que llegó como una de sus principales políticas, hoy genera más dudas que realidades, tanto que expertos la califican con adjetivos de “fracaso”, “incompleta” y con grandes problemas para llegar a buen trayecto.
Luego del acuerdo de paz con las Farc, se creía que la llegada de un presidente de la izquierda al poder, podía significar una oportunidad única, para detener finalmente el conflicto armado, al que no se pudo poner fin en procesos de diálogo anteriores por el surgimiento de disidencias tanto en los grupos paramilitares como en los guerrilleros.
“Este es el gobierno de la vida, de la paz y así será recordado”, dijo el 7 de agosto de 2022 el entonces recién posesionado presidente, Gustavo Petro. Sin embargo, ese impulso que inicio el alto comisionado para la Paz, Danilo Rueda, empezó a decaer con el paso del tiempo a causa de decisiones erradas del gobierno y desinterés de los mismos grupos armados.
El primero de enero de 2023 que, en vísperas del año nuevo, el presidente Petro anunció el cese al fuego por seis meses con el Eln y varios grupos armados. Pero, el mensaje esperanzador se convirtió rápidamente en un problema político en donde los implicados ni siquiera habían acordado.
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Este traspiés se sumó al secuestro de Luis, el 'Mane' Diaz, papá del futbolista colombiano Luis Diaz ese mismo año. Y como esos dos hubo muchos otros inconvenientes que empezaron a afectar la política de paz total y a restarle credibilidad.
A pesar de que Rueda salió de su cargo y el gobierno nombró en su reemplazo como alto comisionado a Otty Patiño, este no se ha podido contener el nulo avance en las mesas de diálogo, las violaciones a los ceses al fuego decretados e incluso el aumento de la violencia en las regiones.
A hoy se tiene una mesa congelada con el Eln, divisiones internas entre ‘Calarcá’ en el Emc y las ofensivas de ‘Iván Mordisco’ y unos diálogos con la Segunda Marquetalia que aún está dando sus primeros pasos lentamente. Tantos han sido los inconvenientes que el mismo presidente Gustavo Petro aceptó en un discurso en abril de este año que “la paz total es un proceso, un proceso más complejo de lo que creíamos”.
De una paz total a una paz incompleta y con fracasos
Luego de dos años de ejecución de esta política de paz total, dos expertos consultados por Colprensa la califican de confusa, poco eficiente y hasta con fracasos.
"Pasamos de una paz total a una paz territorial, pasamos de una paz con todos a una paz con los que se pueda. Pasamos de una paz grande a una paz más pequeña. Es una paz más específica lo que efectivamente puede desarrollar el Gobierno y yo lo llamaría un fracaso hasta ahora de las apuestas del Gobierno”, asegura Andrés Preciado, director de conflicto y seguridad de la Fundación Ideas para la Paz (FIP).
Preciado explica que el gobierno inicio dos procesos de paz: el del reconocimiento político y el del sometimiento, pero que a hoy no se tiene claridad en ninguno de los dos escenarios.
Señala que en el camino político estaba el Eln, pero el gobierno se apresuró a otorgar prematuramente estatus político a la Segunda Marquetalia y al Estado Mayor central. El segundo camino del sometimiento sostiene que no hay una normativa y casi ni existe aun teniendo grupos como el Clan del Golfo, las Autodefensas Conquistadoras de la Sierra Nevada y otros procesos aun crudos en Quibdó, Buenaventura y Medellín.
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Los grandes fallos del gobierno
En las mesas de diálogo se han presentado pocos avances y un mayor riesgo en las poblaciones que siguen sufriendo ataques por parte de estos grupos, algo que para Francisco Daza, Coordinador de la línea de paz territorial y de derechos humanos de la Fundación Paz y Reconciliación (PARES), se debe a varias falencias desde el gobierno nacional.
Además de calificar la paz total como una "paz parcial y limitada", sostiene que uno de los problemas del gobierno fue la apuesta ambiciosa de negociar con muchos grupos, lo cual “se vuelve inconmensurable para la capacidad del estado, mantener a diferentes grupos negociando”.
El analista añade que el gobierno Petro quiso emular en su Paz Total lo que hizo Santos con las Farc en 2016 “sin tener en cuenta el cambio en el conflicto armado colombiano, que actualmente es más atomizado, más regional y por lo mismo representa unos retos y unos focos del conflicto que el Gobierno no ha sabido responder de forma efectiva”.
A esto, agrega el experto, se suma que desde el gobierno se han enfocado en grupos grandes y han dejado a un lado a grupos más territoriales como lo son el Clan del Golfo, que "es el grupo armado más grande del país, pero con el cual no se tiene ningún tipo de acercamiento sobre la base de una negociación o un sometimiento a la justicia”.
Ceses al fuego, necesarios pero incompletos
El cese al fuego ha tenido sus voces en contra y a favor. Muchos lo señalan como necesario pero varios estudios dan cuenta de que esta etapa de la mesa de diálogos ha sido aprovechada por los grupos armados para fortalecerse y hasta incumplir lo pactado.
Según Preciado, el problema parte desde el gobierno y sus errores en la utilización de estos ceses. Agrega que por un error metodológico se decidió ordenar estos ceses al inicio de la negociación y de forma distinta por cada grupo armado, demorando más el proceso y ayudando a que los grupos lo utilicen a su favor.
“Hoy por ejemplo, el Estado Mayor Central puede tener un cese al fuego con el Gobierno, pero este cese no incluye el cese de hostilidades, sus disputas con la Segunda Marquetalia o con el Eln, tampoco son un incumplimiento y al final este cese al fuego termina siendo una estrategia que lo único que ha hecho es permitir un fortalecimiento de los grupos que no reduce las disputas y no mejora las condiciones humanitarias de los territorios”, explica.
Por su parte, Daza defiende los ceses al fuego, pues, “siempre son necesarios”. Sin embargo, sostiene que estos acuerdos deben estar acompañados de alivios humanitarios para la población civil, situación que hoy es “muy limitada” para garantizar por parte del gobierno.
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Un futuro poco optimista
Al gobierno Petro le quedan solo dos años para cumplir sus promesas y eso contando con que el último año de Gobierno los presidentes tienen ya "el sol a sus espaldas", porque el país se concentra en buscar a su sucesor.
Para Preciado el panorama hacia el futuro de la Paz Total “es complejo y poco optimista” teniendo en cuenta el fortalecimiento de grupos armados como el Clan del Golfo, lo poco que se ha avanzado y que es posible que se cierren algunas mesas de diálogo.
“Algunas mesas seguramente van a terminar siendo cerradas o postergadas a lo que decida el siguiente Gobierno, y vamos a terminar de nuevo en una paz chiquita, en un gobierno defendiendo una idea de paz que no fue posible por la falta de apoyo de las estructuras del poder. Pero que los territorios van a seguir reclamando la ineficiencia, el incumplimiento de sus acuerdos y un refuerzo de seguridad vía militar y policial”, señaló.
Por su parte, Daza sostiene que a pesar de las crisis que se tienen, la postura del gobierno de buscar una salida dialogada se mantendrá hasta el final, ya que el fin de las mismas sería un golpe político muy fuerte de cara también a las próximas elecciones.
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