En las casi tres semanas que lleva de Gobierno, el presidente de la República, Gustavo Petro, ha ido revelando poco a poco los elementos que hacen parte de su proyecto de la paz total en Colombia, que implica lograr acuerdos con los diferentes grupos armados que rodean el país.
La parte más importante de este proyecto es la reanudación de los diálogos con el Ejército de Liberación Nacional (Eln), suspendidos en 2018 durante el Gobierno del expresidente Iván Duque.
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Aunque ni el Gobierno, ni el Eln se han sentado aún oficialmente a la mesa, teniendo en cuenta que se necesitan determinar y definir diferentes aspectos para hacerlo, las partes han mostrado intención de definirlo, como ya se evidenció en la decisión del presidente Petro de suspender las órdenes de extradición y captura a los negociadores del Eln.
La decisión fue reconocida por el primer comandante del Eln, Antonio García: “Saludo las declaraciones del presidente Gustavo Petro que facilitan el retorno de la delegación del Eln y generan condiciones para la reanudación de los diálogos de paz”.
Frente a los demás grupos armados ilegales, la administración Petro ya ha dejado claro que será otro el camino, teniendo en cuenta que no son grupos con movilizaciones políticas sino organizaciones delincuenciales comunes, a las que el mandatario ha invitado a desmovilizarse y dejar las armas y la violencia.
Y a la par, el gobierno ha planteado su intención de dialogar con las organizaciones sociales que están dentro del marco de la ley e incluso con aquellas que, como los cultivadores de coca, están en el borde entre la legalidad y la ilegalidad.
“Que aquí se puedan desarrollar las conversaciones de la sociedad, que en algún lugar de esta patria se puedan desarrollar, quizás, las conversaciones de quienes hoy hacen la violencia para dejar definitivamente las armas y pasar a una nueva era, la era de la paz en Colombia”, afirmó el presidente este viernes desde El Tarra, Norte de Santander.
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¿Qué riesgos pueden haber con el Eln?
Frente a los escenarios que puede tener el Gobierno Petro con el Eln, el analista y docente de la Universidad Nacional, Alejo Vargas, aseguró que el Gobierno deberá tener paciencia frente a la delicadeza que tiene consolidar dicho acuerdo.
“El principal reto es tener la paciencia para poder conducir una negociación con esta insurgencia, para que pueda llegarse a un punto de acuerdo. En el desarrollo del proceso van a surgir muchas tensiones y dificultades, pero lo importante es la paciencia del Gobierno, tener un buen equipo negociador”, afirmó Vargas.
Por su parte, el docente investigador de la Universidad Externado, Jorge Iván Cuervo, señaló que es de suma delicadeza comenzar los diálogos, para que estos mismos se mantengan y no se vean suspendidos o acabados sin consolidarse un acuerdo final de paz.
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“La demora misma es en iniciar formalmente las negociaciones y la demora en la negociación misma, también que no se logre consolidar un acuerdo de paz durante el periodo de Gobierno, es un riesgo porque el Eln no tiene afán y tiene un modo de negociar muy distinto a como es las Farc y puede durar más de los cuatro años planteados”, afirmó Cuervo.
El investigador además destacó: “Hay que buscar algún mecanismo para que esa negociación se dé fuera de Colombia, con periodos largos de cese al fuego, tanto por parte del Eln, como del Estado. Si ocurre algo, se reduce el margen de apoyo de los diálogos y muchas veces el Gobierno, así no lo quiera, se ven abocado a suspenderlos”.
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