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Colombia
La Universidad Javeriana se pronunció frente al suicidio de residente médica en Bogotá
La institución se pronunció tras los llamados de la comunidad educativa a priorizar la salud mental en las facultades de medicina.
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Colprensa
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Lunes, 22 de Julio de 2024

La reciente tragedia por el suicidio de la profesional Catalina Gutiérrez, residente de primer año de cirugía general en la Universidad Pontificia Javeriana de Bogotá, sacó a la luz el presunto maltrato, el alto estrés y violencia pedagógica al que son sometidos los estudiantes de la facultad de medicina de la institución.


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Antes de acabar con su vida, la mujer, oriunda del departamento de Caldas, dejó un mensaje a los residentes: “Gracias, de cada uno me llevo muchas enseñanzas. Siempre los llevaré en mi corazón, ustedes sí pueden, ánimo”.

Este suceso encendió un llamado de atención sobre las condiciones que enfrentan los residentes de medicina, llevando a que la Asociación Nacional de Internos y Residentes (ANIR) exigiera a la institución educativa a implementar medidas para cuidar la salud mental de los estudiantes.

En respuesta, la Universidad Javeriana emitió un comunicado expresando el paso a seguir dentro de la comunidad educativa tras este lamentable hecho.

“Es un acontecimiento muy duro para nuestra comunidad educativa, que nos llama a reflexionar profundamente, y con humildad, sobre la cultura y los modos de proceder en la formación de nuestros médicos especialistas”, dice la universidad.

En el comunicado de la ANIR, la asociación aseveró que las universidades no cuentan con “medidas reales contra el maltrato”.


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Frente a esta situación, la Javeriana detalló que “si bien se han desarrollado estrategias en este sentido, somos conscientes de que debemos fortalecer nuestro trabajo en el cuidado de nuestros estudiantes, profesores y pacientes”.

Además, aseguró que la próxima semana se llevará a cabo un proceso de conversación con los residentes de diferentes especialidades y con los docentes de la institución para “establecer la mejor ruta de acción”.

Por su parte, la ANIR había alertado sobre el incremento de este tipo de casos en los últimos años debido al “aumento del maltrato presentado en las instituciones asistenciales y educativas, el deterioro de la salud mental y la falta de medidas para atender estas situaciones, además del no contar con espacios de bienestar y acompañamiento”.

Por lo tanto, la Universidad agregó que tomará cartas en el asunto investigando sobre “la existencia de situaciones que no estén en línea con nuestro modo de proceder y tomará las medidas que sean necesarias para garantizar el bienestar de la Comunidad Javeriana”.


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“Sabemos que la formación médica es retadora y desafiante y que en algunos casos implica mucho estrés y presión por las responsabilidades que conlleva, por ello, escucharemos y revisaremos todo lo que la comunidad pueda aportar y sugerir para seguir implementando todas las medidas que correspondan como Facultad y como Universidad”, concluyó la institución.

En un extenso testimonio expuesto en ‘Confesiones Javeriana’, de Instagram, una médica egresada quien se identificó como María Rey, relató la “pesadilla” que vivió durante la residencia del programa de cirugía general de la Javeriana.

“La residencia de cirugía general era asistencialmente extenuante. Mis días eran, muchas veces, de 18 - 20 horas en los cuales no había descanso, las comidas no siempre eran un lujo que nos pudiéramos dar y la presión por rendir en nuestras actividades era enorme”, dice el texto.

En la carta se afirma que “el departamento de cirugía general se consideraba por fuera de las reglas del resto de la sociedad; era normal tener horarios de 20 horas, no comer, no ir al baño, no compartir tiempo con nuestros familiares y ni mencionar tener espacios de ocio. Por alguna razón todavía pensamos que los programas de residencia no son programas académicos, sino que son espacios en los que se debe presionar el carácter como si fuera hierro y que lo que no se quiebra es aquello que vale la pena, lo demás puede irse a la basura. Qué equivocados estamos en pensar que la fortaleza es sinónimo de soportar lo insoportable. Poco a poco mi residencia (que era a lo que dedicaba el 99% de mi tiempo) se empezó a convertir en precisamente eso; algo insoportable”.

*Con información de El Colombiano.


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