La COP29 entra en su recta final con una fuerte presión sobre los países ricos, que aún no han propuesto cifras claras para alcanzar el billón de dólares anuales que necesitan las naciones en desarrollo para combatir el cambio climático.

Este miércoles, la frustración creció entre los representantes de países del Sur Global, que calificaron de “inimaginables” las cifras preliminares discutidas en los pasillos del evento.

La ministra colombiana de Ambiente, Susana Muhamad, expresó su preocupación por la falta de compromisos concretos: “Nadie pone una cifra sobre la mesa. Entonces es como si estuvieran jugando geopolítica, ¿quién pone la cifra primero? Si tú no pones, yo no pongo”, dijo.

Muhamad reiteró la necesidad de establecer un fondo anual de al menos un billón de dólares para enfrentar los estragos del cambio climático. Según la ministra, cada año que se retrasa esta inversión, el costo de las acciones se multiplica: “Entre menos invirtamos, cada cinco años va a ser más caro. El cambio climático está haciendo esto imposible”, enfatizó.

Por su parte, el negociador jefe de Bolivia, Diego Pacheco, rechazó las cifras preliminares que se especulan entre los participantes, algunas tan bajas como 200.000 millones de dólares. “Esto es inimaginable, no podemos aceptarlo”, afirmó.

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El enviado de la Unión Europea para el clima, Wopke Hoekstra, justificó la ausencia de propuestas concretas señalando la necesidad de primero establecer una base sólida de discusión: “No creo que valga de nada discutir públicamente sin una claridad en cómo se deben asignar los recursos”, dijo.

Sin embargo, los países en desarrollo exigen compromisos inmediatos. Según un borrador divulgado en las sesiones, estos países reclaman 1,3 billones de dólares anuales para proyectos como centrales solares, sistemas de irrigación y protección contra inundaciones.

Otro punto de conflicto es la participación de naciones con economías emergentes, como China y Arabia Saudita, que aún figuran como países en desarrollo, pero que tienen recursos para contribuir. Muhamad subrayó que “todo el que pueda y tenga una economía fuerte debe aportar [...]. No solo China, también los países del Golfo”.

Para muchos esta COP no es solo técnica, sino profundamente política, y en ella está en juego el futuro del planeta como lo conocems. Nicolas Haeringer, de la ONG 350.org, afirmó que hay un trabajo extenso por hacer y que lo problemático es que debió hacerse desde hace tiempo, “Sin financiación, no lograremos pagar esta deuda que nosotros, los países del Norte, tenemos de alguna manera con los del Sur”.

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La canciller alemana, Annalena Baerbock, también hizo un llamado a la acción inmediata: “No podemos enfrentar las necesidades de hoy con recetas de los años 1990. Necesitamos al sector privado y a nuevas formas de financiación global”, dijo, insistiendo en que la solución debe encontrarse en los días restantes de la cumbre.

A dos días de que termine la COP29, el coordinador de las negociaciones, Yalchin Rafiyev, instó a las partes a acelerar el ritmo: “Ahora es cuando empieza la parte más dura”. Está previsto que un nuevo borrador de acuerdo se presente en la noche del miércoles, pero el escepticismo reina en los pasillos del estadio que alberga las sesiones.

Con el cambio climático golpeando más fuerte cada año, con tormentas más fuertes y hechos críticos como los ocurridos en Valencia y Florida, la urgencia de un acuerdo no podría ser mayor.

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