El título de esta columna corresponde al de un libro de Mark Levin que plantea la lenta pero permanente penetración de las ideas marxistas en la sociedad estadounidense.
El comunismo nace como doctrina en la Europa de finales del siglo XIX y se expandió rápidamente por un mundo en decadencia, el absolutismo monárquico, y declaró enemiga a la naciente democracia liberal surgida en Inglaterra y Francia.
La resistencia contra los monarcas absolutos era muy vieja y a medida que las Cortes europeas se debilitaban también se radicalizaban, algo como lo que hoy vemos con el chavismo en Venezuela. Los grupos nihilistas y anarquistas se hicieron famosos en los asesinatos de Zar Alejandro II en Rusia y el archiduque Francisco Fernando de Austria que fue la copa que rebosó el vaso del débil modelo monárquico dando origen a la Primera Guerra Mundial. Y en efecto los imperios austrohúngaro, ruso, otomano, entre los principales, desaparecieron al fin de esa guerra. El mundo había cambiado.
Los grupos anarquistas de resistencia mutaron hacia el marxismo. Sus máximos logros fueron la creación de la Unión Soviética y la China comunista, la primera desaparecida y la segunda convertida en un hibrido de estado comunista y economía capitalista.
En Europa, enfrentar el poder que iban tomando los comunistas llevó a la doctrina fascista, la doctrina radical contra el comunismo pero compartiendo los mismos principios de estado.Primero, la supremacía absoluta del estado sobre el ciudadano. Segundo, la dictadura de una minoría en nombre de una masa informe llamada "pueblo". Tercero, el comunismo suprimía la propiedad privada pero el fascismo la permitía solo al servicio del estado. Cuarto, validaban la violencia como forma de lucha contra los enemigos de clase social, raza o alguna otra caracterización dialéctica. Quinto, la sociedad se movía por la lucha de clases, o razas, o cualquier otra diferenciación. Sexto, se abandonó la religión pero se endiosó el Estado. Yséptimo, si el estado no proveía lo prometido, debía tener control de los agentes de seguridad, para que cualquier oposición se reprimiera por el estado contra ciudadanos desarmados. La oposición se criminaliza y castiga.
A esta concepción de estado se oponía otra absolutamente contraria y que ha demostrado ser la más exitosa de todas: la democracia liberal reflejada en la Constitución de los Estados Unidos que partía de dos pilares, la libertad individual por encima del Estado y la desconfianza en el poder del Estado, por lo que ningún funcionario estatal debía estar sin controles y daba a los ciudadanos las herramientas para enfrentar los abusos estatales, incluyendo el libre porte de armas. Y cimentó el imperio de la ley en la defensa de la propiedad privada y puso la competencia como un principio central de la economía de mercado. Eso condujo a crear una ética del trabajo; solo el trabajo duro y el ahorro en forma de inversión, permitían superar la pobreza y cuidar debidamenteuna familia. En el comunismo, el trabajo que no sea “popular” es explotación y las causas de la pobreza son externas al individuo, un muñeco ante las fuerzas de la economía de mercado, “progresista” discurso vivito en América Latina.
Europa Occidental, buscando salir de la absoluta destrucción en que quedó en la posguerra y eliminar las exclusiones, optó por un modelo capitalista de sociedad del bienestar, volviendo así a darle protagonismo al estado, aunque en un nuevo mundo bipolar de comunismo versus democracia liberal. Así nació la socialdemocracia que aceptaba el mercado “vigilado” y abogaba por la garantía de derechos para los ciudadanos, justificando entonces el crecimiento del Estado. El modelo funcionó gracias al baby boom, la impresionante tasa de nacimiento de la posguerra, que volvió a Europa otra vez un continente joven. Cuando la población envejeció, se reventaron los presupuestos estatales de asistencia y eso trajo la "explosión social" violenta,impulsada por los socialistas para crear malestar e imponer su doctrina. Ahí vamos: inestabilidad en Primera Línea.
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