Este 2023 no ha sido un año fácil para el mundo, ni para Colombia. Lo peor, en su comienzo veíamos las imágenes de la guerra de Ucrania, sin saber que a partir de octubre vendrían otras imágenes peores, las de Gaza y los ataques del grupo terrorista Hamas. Con lo que hemos visto de estas guerras, me recuerda algo de lo que escribió el poeta francés Rimbeaud, “Una temporada en el infierno”; ese mundo apocalíptico y de resignación que describía el escritor. Si me preguntaran una palabra con la que se pudiera definir este año que se va: la incertidumbre. Así es, la incertidumbre por las guerras, por la economía, por la política, por un planeta que día a día sufre los efectos del calentamiento global, saber hasta dónde la inteligencia artificial podría gobernar el mundo, y ya en Colombia, la incertidumbre por la paz total, por el futuro del país, si estamos o no en una recesión, o como mejor lo dijo el domingo pasado en entrevista con Yamid Amat Juanita Goebertus: “ Si la seguridad en Colombia no mejora, llegará a Colombia un gobierno como el de Bukele en el Salvador”.
Así es, no fue fácil este 2023 que termina. En Colombia este año transcurrió entre escándalo y escándalo; finalmente, nada nuevo. Así ha sido gran parte de nuestra historia. Quizás de lo más anecdótico que escuché este año, con muchos trazos cómicos y de comedia, en medio del escándalo por las declaraciones de la ex esposa del hijo del presidente sobre ingresos de dineros de narcotráfico; en algún momento un periodista de un medio radial entrevista a Ernesto Samper para que opinara y le diera luces al país sobre el episodio; parece un chiste; nuevamente el que tiene razón es Fernando Vallejo que en su último libro “La conjura de Porky”, se refiere a Samper y otros más, con ese calificativo. Y la incertidumbre ya la tenemos a la vuelta de la esquina: la estrategia de Maduro de revivir un pleito centenario en Esequibo– claro, ahora encontraron grandes reservas de petróleo, gas y minerales – y por un lado, tratar de sacar provecho de esa riqueza a pesar que ya hay militares norteamericanos haciendo ejercicios en la zona, y la otra estrategia electoral, evitar que hacia el próximo año María Corina Machado le gane las elecciones. La otra incertidumbre, lo que le viene a Argentina que en encuentra un país con el 40% de sus habitantes por debajo de la línea de pobreza, y como ya lo dijo su ministro de economía, un país sin dinero. Uno de los peores episodios de este año en América Latina, ver como el narcotráfico entró en Ecuador, llegando a asesinar a un candidato presidencial.
Para Cúcuta y Norte de Santander, Jorge Acevedo encuentra una ciudad caótica, insegura, con muchas obras que probablemente no las veremos ni el 2050, y una gran tarea por hacer. Tiene algo a favor el nuevo alcalde – he hablado pocas veces con él -, pero tiene algo que debería tener todo gobernante: escucha, y mucho de eso es lo que necesita la ciudad después de cuatro años de un señor que nunca escuchó a nadie. Mucha suerte para mi amigo Klaus en Pamplona. En la gobernación, los problemas del departamento son grandes y profundos. Ojalá William Villamizar entendiera que su vida pública le da otra oportunidad, y para ello, que se abra de ese círculo que no piensa y cree que el poder es únicamente para lo que todos sabemos. El Norte de Santander necesita abrir otros espacios. Esperemos poder construir una ciudad y una región más próspera para el 2024. Feliz Navidad