La Opinión
Suscríbete
Elecciones 2023 Elecciones 2023 mobile
Columnistas
El Día de la Mujer
"Compañera te doy y no esclava, pero tú tampoco serás su esclavo. Aquello de que “tú eres la reina y yo tu vasallo”, es bueno para los vallenatos y los poemas, pero no para la vida".
Authored by
Jueves, 7 de Marzo de 2024

Y entonces dijo Dios: Adán, cierra los ojos, que voy a darte una sorpresa. ¡Mentiras! Lo que hizo fue dormirlo. Dios lo sostuvo para que no se cayera, lo acostó en un pastizal, y sin anestesia, ni inyecciones, ni mascarilla, le hizo la cirugía. Le sacó un palo de costilla para hacer la mujer. Siempre es que tiene sus ventajas ser Dios.

Cuando Adán despertó sintió un leve dolor en el costillar, pero no echó de menos la costilla falsa que le faltaba. Ni tuvo tiempo de tomarse un acetaminofén porque ante sus ojos tenía una visión como caída del cielo. Era una mujer espléndida, llenita de carnes, de ojos vivaces y sonrisa cautivadora. Tenía el cabello largo y abundante y otras cosas que Adán nunca se imaginó que existieran, y sus medidas eran perfectas. 

-¿Y esto qué es, Señor?- preguntó Adán, medio turulato.

-Ésta será tu mujer, Adán. Se llama Eva. Para bien o para mal, ella vivirá contigo hasta que la muerte los separe. En el tronco de este árbol, voy a grabar con mi navaja, los mandamientos sobre cómo debe ser tu trato hacia ella.  Cúmplelos al pie de la letra, si no quieres que te vaya como a los perros en misa. 

-Pero, Señor, yo todavía no sé leer -le dijo Adán, mientras miraba de reojo a la fulana.

-Ah, carajo -dijo Dios-, olvidaba ese pequeño detalle. Pero bueno. Te dictaré un curso breve de lectura rápida.

Le dio un soplo (Dos todo lo arregla con soplos) y Adán quedó ducho en asuntos de lectura y escritura. Así pudo leer el Decálogo:

“1) Compañera te doy y no esclava, pero tú tampoco serás su esclavo. Aquello de que “tú eres la reina y yo tu vasallo”, es bueno para los vallenatos y los poemas, pero no para la vida.

2) No la toques ni con el pétalo de una rosa. No dañes el jardín para intentar tocarla.

3) Es el ser más bello que he podido hacer. Aunque a veces saldrán algunas que, ¡ay Dios mío!, pero hago para todos los gustos. 

4) Ella será la madre de tus hijos, pero en eso no se te vaya la mano. Poquitos hijos para poderlos criar bien. No la hice para que tuviera catorcera de hijos que no podrás criar y  después tengas que negarlos.

5) La mujer que acabo de darte es toda dulzura, pero recuerda que mucho dulce produce diabetes. No le pidas exceso de dulzura.

6) Ella es hueso de tus propios huesos, pero eso no quiere decir que ella sea un hueso. Jamás. Es el más exquisito bocado que pude prepararte pensando en tu buen apetito.

7)  Si alguna vez te levanta la voz, te mira feo y hasta te amenaza con el rodillo de la cocina o con el palo de la escoba, no le hagas caso.  Déjala que se calme. En la noche te buscará y te echará la pierna, haciéndose la dormida.

8) Que no le falte nada. Ni el pan, ni los chiros ni cariño, ni los polvos de la belleza. Recuerda que un vaso de agua y amor no se le niegan a nadie. Pero tampoco le des mucho pan porque se pasa de kilos.

9) Consiéntela. Celébrale su cumpleaños y otras fiestas. Ojalá con algún detalle, aunque sea un pico y una flor.

10) No la dejes que se meta de política. Andará en boca de todo el mundo.”

Hasta aquí el Decálogo. Si Brístol no me falla, eso sucedió un 8 de marzo. Por eso la celebración de mañana.
 

Temas del Día