El hospital de Cúcuta es una de las instituciones de la ciudad más representativas, con más historia, que ha logrado expandir y optimizar sus servicios, con reconocimiento nacional, acompañada en sus servicios con excelentes médicos de aquí y de la región; lo que nunca llegamos a imaginar - en alguna ocasión hice parte de un grupo asesor para una reestructuración – es que podía llegar a convertirse en la sede política de uno de los candidatos de la alcaldía. Así es; Leonardo Jácome, de quien coinciden muchos analistas políticos de la ciudad que por estos días abundan en las cafeterías con apenas un tinto que les dura toda la mañana, que el candidato del Erasmo Meoz podría hoy estar de tercero en las encuestas por debajo de César Rojas y Jorge Acevedo. Ser candidato a la alcaldía de un hospital tiene algunas ventajas: si no sube en las encuestas, tiene un intensivista y rehabilitador al instante. Y en el evento muy probable de Jácome, dicen los analistas, que el 29 “se queme”,tendría un pabellón especial de recuperación. Esa ya es una ventaja.
La política en Colombia es caricaturesca, en ocasiones pintoresca. Hace cuatro años la sede política de un candidato no era un hospital, fue la propia cárcel en Yopal. Recuerden a “JhonCalzones”, quien fue elegido estando preso. Es decir, quedó elegido e inmediatamente quedó preso. Ni imaginar el juramento que le pudo hacer a su gabinete preso: “Juran ustedes cumplir fielmente la Constitución y ley?”. O aquella frase del senador Sinisterra de Buenaventura sobre lo que en su imaginario era una alcaldía: “una alcaldía es mejor que un embarque de coca”. En alguna ocasión me invitaron a dictar un posgrado de derecho administrativo y entidades territoriales en Cartagena, que es algo así como el deber ser de una administración municipal, y como acostumbro, leo el periódico para mirar cómo estaba la Heroica antes de ir a la universidad. Los titulares de los periódicos reseñaban que 7 concejales estaban presos, que había caído el alcalde y el contralor tenía imputación de la fiscalía. ¿Qué le puede decir un profesor de administración municipal a un auditorio de jóvenes estudiantes esas circunstancias? Por poco la especialización más que de administración municipal, tuve que orientarla a la criminología.
Y sigamos con lo pintoresco de las alcaldías en Colombia. En alguna ocasión fui a Quibdó, y eran tantos los embargos que tenía el departamento, que al gobernador no le quedó otra alternativa sino la de bajar el escritorio a la calle y ahí atendía. Por lo menos tenía el jugo de borojó a la mano el señor gobernador. No me imagino lo que podría pensar el presidente de Suiza que estuvo por estos días de visita en el país si viera lo diferente que son las alcaldías de Colombia a las de su país, y aún más, después de las tres horas en las que estuvo esperando a Petro. El Erasmo Meoz como sede política. Supongo que el Doctor Tonino Bota ha tenido especial atención y cuidado con su ilustre visitante del piso 11, y más aún en circunstancias en las que las encuestas por estos días plantean varios y diversos comentarios. El que más se escucha, que Leonardo Jácome pudo llegar al “techo electoral”, que en las comunas de la ciudad hay mucho desencanto por la frustración que representó no solo estos cuatro años el ingeniero Yáñez, sino que en general que “ven más de lo mismo”. En fin, hay muchos políticos que deberían recibir atención especial en el Hospital. Supongo que el primero sea el ministro del interior, para que “le frenen la lengua” y no siga llamando hipócritas a todos los gobernadores del país, y además, pienso que el Erasmo Meoz debería crear algo así como una vacuna “antizurrones”, para evitar que el 29 de octubre llegue a la alcaldía otro zurrón de los que le hacen tanto daño a Cúcuta.
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