La inflación, que ha generado enorme preocupación en el mundo, empezó a bajar, aunque en menor escala. En Colombia bajó en agosto a 5.81% y en septiembre descendió a 5.62%, la cifra más baja desde 2021 (5.02%). Los expertos consideran que la inflación colombiana puede terminar el año en 5.81%.

Se calcula que el salario mínimo para el 2025 puede estar alrededor de $1.440.000, si se aplica un 8% como incremento, más la productividad, el subsidio de transporte y las horas extras. Esto, desde luego, depende de las negociaciones entre clase obrera, gobierno y empresarios.   

Según el Banco Mundial (BM), las proyecciones económicas para América Latina y el Caribe son moderadas. A nivel regional se espera un crecimiento del 1.9% en 2024. Las proyecciones del BM para Colombia son aún más moderadas, pues solo prevé un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) del 1.5% para 2024 y proyecta un avance por encima del 2.9% para los próximos años.  

Este es un contraste bastante notorio con las buenas épocas como en 2021 cuando Colombia creció el 10%, apenas superado por Chile, En 2022 su crecimiento fue de 7.3%, el mejor de la región. Se espera que, este crecimiento del 1.5% anunciado para este año logre ser superado para la iniciación del gran cambio esperado.

Para los directivos del Banco, Colombia y América Latina están en un momento propicio para generar estrategias que pulsen su crecimiento económico. La actual dinámica económica de la región ha servido para lograr avances en el manejo de la inflación. Esto es, utilizar las enseñanzas de las adversidades como oportunidades.   

Según William Maloney, economista jefe del BM, en América Latina hay algunos impuestos a las empresas como los más altos del mundo, siendo Colombia y Brasil, unos de los más altos en la actualidad. ¿Cómo superar esta adversidad?

 En 10 años las remesas subieron en 154% la participación en el PIB. Estos recursos son producto de las rentas del trabajo de los migrantes colombianos y unas 2.1 millones de personas son las receptoras en el país.

A principios de esta semana seis empresas del sector energético, que conforman el comité inter gremial, lanzaron un llamado urgente al Gobierno Nacional, acerca de la posibilidad de una crisis sistémica que puede afectar el suministro de energía eléctrica y gas natural.  

Bien pudiéramos decir, de todo como en Colombia.

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