Solo le faltaba al tema a la revocatoria y de paso a todos los problemas que tiene la ciudad, -como si Cúcuta no tuviera- la respuesta que por estos días le dio la Registraduría a la gobernación en cuanto supuestamente no tiene dinero para hacer la votación de la revocatoria el próximo 12 de diciembre. ¿Se imaginan semejante precedente electoral? ¿Que tal que el próximo año en las elecciones presidenciales, dependiendo como vayan las encuestas, la Registraduría tuviere la atribución de decir lo mismo? De hecho sería un poder peligrosísimo. La sola respuesta pone en evidencia la poca confiabilidad que tiene el órgano electoral en Colombia, y que el registrador nacional Alexander Vega es un “payaso” que se presta para “jugaditas electorales” despreciables. ¿Será que algún político de la región con algún interés muy calculado le llegó al registrador para que expidiera esa carta? Bastante probable, hay que averiguar.
Esa carta por sí misma es un desprecio a Cúcuta. Esa misma comunicación nunca se la enviarían a una ciudad que estuviere en un proceso de revocatoria como Medellín, Cali o Barranquilla, por decir algo. Lo que ha hecho el registrador Alexander Vega es burlarse de Cúcuta. Que lamentable que Cúcuta deba soportar estas manifestaciones de desprecio que en los últimos meses han sido varias: hace 20 días se instaló una mesa para analizar la reapertura de la frontera y a pesar de estar invitados, no vino ninguna autoridad nacional. En la Casa de Nariño no les importa la frontera. Cúcuta se quedó sin equipo de fútbol, uno de los históricos de Colombia que en el 2024 iría a cumplir 100 años, que por un error del alcalde, la Dimayor aprovechó esa circunstancia y nos dejó sin fútbol, y eso que un día Duque vino a Cúcuta y prometió que “la furia motilona” tenía que volver al General Santander. Pero lo que se esperaba, tomó el avión de regreso y se le olvidó. Se nota que Duque, que por estos días estuvo orando en el muro de las lamentaciones, no lo hizo por la región que le puso más votos para su elección. Sigue tan confundido nuestro presidente que es probable que estuvo orando para que Guaidó sea el presidente de Venezuela.
Y es que en el tema de la revocatoria podemos estar o no de acuerdo, que es otro tema diferente, pero lo que es cierto es que en la estabilidad de un país uno de los peores mensajes que se puede enviar, el peor, es cuando el órgano electoral pierde confiabilidad y seriedad y prestándose para truculencias, por debajo de la mesa, se le hace ese juego nauseabundo electoral, y sin ni siquiera consultar la ley que señala expresamente que se debe convocar a la votación dentro de los dos meses siguientes; ese registrador nacional Alexander Vega, más parece un “muñeco de trapo” de esos que se cuelgan en un árbol de navidad, prestándose para un mezquino propósito político, quien sabe a cambio de qué, envía semejante respuesta.
Es despreciable lo que hace Alexander Vega, que lo único que muestra cada día es su falta de idoneidad para el ejercicio de un cargo tan importante en la estabilidad institucional de un país. Cuando una sociedad quiere hacer un fraude al primero que trata de comprometer es a quien organiza las elecciones, y seguramente para algún político de la ciudad le fue fácil llegarle al registrador, incentivarlo de cualquier forma, y Alexander Vega que apenas es un burócrata oscuro y proclive a “jugaditas malolientes”, se haya prestado para enviar esa cartica, que si por lo menos lo hubiera hecho el 28 de diciembre, al menos habría pasado como una inocentada.