“Si le mientes al Gobierno, es un crimen. Si el Gobierno te miente, es política”: Bill Murray.
La Ley 418 de 1997 que sancionó el Señor expresidente Ernesto Samper Pizano, trazó en dos partes el nuevo camino de la Paz. Se trataba de desarrollar una política de Estado. Nunca del Gobierno de turno, ni personal del ejecutivo.
Desafortunadamente entre nosotros, país de confusiones, cada Presidente en su ejercicio y su gobierno, ha vuelto la política de Paz del Estado contenida desde el preámbulo Constitucional; en una marca personal de caprichos con barniz de contenido político.
A esas bandas de gente armada a la orilla de la Constitución garantista del 91, la ley 418.3 en su texto original. los llamó grupos discriminados o marginados, tendientes a lograr condiciones de igualdad real y proveer a todos de las mismas oportunidades para su adecuado desenvolvimiento, el de su familia y su grupo social. Todo pacíficamente, nunca justificó la violencia.
Pero la violencia fue desnaturalizando la ley y cada gobierno facilista, en lugar de cumplirla se fue adaptando a esos grupos anarquistas con el estilo personal de cada mandatario. Andrés Pastrana y sus inseguridades otorgó una zona desmilitarizada, sin cese al fuego, y los grupos desconocieron los preacuerdos de Caquetania. Fue un arranque repentista sin contar con las solidaridades políticas, militares y económicas de la nación. Entonces la Nación tuvo que abandonarlo.
Álvaro Uribe Vélez en el 2002 recibió a Colombia con las Fuerzas Armadas Revolucionarias FARC en las puertas de Bogotá. Así que propuso su Política personal de la Seguridad y de rechazo a la guerrilla. Amalgamó ese odio contra tales grupos y se quedó en él, cuando el paso siguiente era el perdón, para poder reconciliar.
El perdón es esencial, la historia lo impuso que yo recuerde desde las guerras de religión de 1600, hasta el acuerdo “good Friday” en Irlanda, o del viernes santo de 1998 que le dijo adiós al IRA. Violencia que había surgido de la discriminación de las minorías católicas. Fueron 410 años sin Paz, por asuntos personales de los Jacobos I y VII. Todo fue un asunto tan personal
Juan Manuel Santos Calderón que fuera ministro de Uribe y autor del bombazo de Sucumbíos contra las FARC, fue tan contradictorio como cambiante ideológicamente. Una autentica rosa de los vientos.
Asumió el poder y colocó a su mentor en el altar como el hombre que le devolvió la esperanza a Colombia, y en 2012 con las mismas cartas secretas de Uribe, se las jugó inicialmente con las FARC. Y Todo fue tan personal.
Iván Duque Márquez asumió el poder encaramado en un balancín personal, en una punta de soberbia frívola y en la otra, indecisión e incompetencia. Lo enredo la polarización y su discurso contra el acuerdo de Paz, dejó dividir el país. Objetó la Justicia para la paz y luego la rumió, e intentó innovar en la Unesco con la Economía Naranja con sus siete puntos, como los siete enanitos o las siete notas del pentagrama. Todos opinamos que fue genial y ahí vamos.
Así cualquier contra parte podía ganar, incluso el socialismo siglo XXI.
Adenda. La Paz se logra derrotando la desigualdad y la exclusión. Colombia aumentó la pobreza este 2022 al 39.2 vale decir creció 2.0. Le siguen: México 37. con incremento de 2.3, Paraguay y Brasil 23.4 crecieron 1.6. Honduras 57.3 creció 1.1 Perú 26.1 también 1.1.