Cada quien tiene el derecho de calificar la gestión de las administraciones municipales del lugar donde reside, como una forma de pronunciarse frente a las decisiones que han tomado los alcaldes en cuanto al manejo de recursos se refieren. En esta oportunidad comentaré lo relacionado con el gasto que se ejecutó en la parte céntrica de Cúcuta, totalmente reducida en la movilidad, dado que una de las dependencias de la administración decidió “construir ciclorutas” pero lamentablemente, son utilizadas por un grupo significativo de motociclistas que utilizan dichos espacios, diseñados únicamente para la movilidad de las bicicletas.

Es importante señalar, que presuntamente se trata de un gasto, mas no de una inversión lo que se materializó, representado en elementos de plástico fijados a la calzada de la vía, los cuales reducen el flujo de automóviles y camionetas, dejando una puerta abierta a cientos de conductores de motocicleta que de seguro creen que están transitando por la ruta correcta.

Sería bueno que en alguna oportunidad, el responsable de la movilidad le explique a la ciudadanía lo que hizo sobre la calle 11 entre Avenida Cero y Avenida 3E, puesto que es todo un misterio, en el entendido que debió existir un juicioso estudio de tránsito en ese y en todos los sectores intervenidos, el cual es muy probable que no exista, situación que deja sin piso a la inversión si es que así lo quieren llamar.

Por otra parte, insistir en que sigue invisible la participación de la Policía Nacional en su especialidad Tránsito y Transporte, dado que sus integrantes son alérgicos a la tarea que los obliga a regular el tránsito y frente a eso, el supervisor del convenio, ha sido miope y complaciente con los uniformados, que aparecen solo en operativos fugases e incómodos para los ciudadanos de bien, mientras tanto en muchos lugares de la ciudad se suceden hechos que ameritan la intervención oportuna de la autoridad y eso pasa muy eventualmente.

Prueba de lo anterior, lo constituyen el reducido grupo de motorizados de la Polinal que se ubican a la salida del Puente Francisco de Paula Andrade Tronconis, conocido como el “Puente de la Cero”, a la cacería de moteros y vehículos de matrícula extranjera. También llamar la atención a otro grupo de uniformados que estacionan sus motos en el Barrio la Riviera, realizando actividades de “vigilancia” pero a modo de ver, no lo percibo de esa manera.

Son esos motorizados, los llamados a educar a los indisciplinados conductores de motocicleta, que sin vergüenza alguna, transitan por el carril destinado a las bicicletas, así  pasen muy pocas, porque día a día aumenta el número de infractores que aprovechan la laxitud de la autoridad de tránsito y hacen los que les viene en gana, motivo por el cual, a la fecha solo tenemos motorutas en los carriles de las ciclorutas.

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