El respeto a los derechos humanos ha sido materia incluida en las aulas del saber de la historia del hombre y son definidos como normas que reconocen y protegen la dignidad de todos los seres humanos. Estos derechos rigen la manera en que los individuos viven en sociedad y se relacionan entre sí, al igual que sus relaciones con el Estado y las obligaciones del Estado hacia ellos. Sin embargo, quienes no reconocen estos derechos abundan y los defensores son la contraparte, su lucha por la defensa de su aplicación y respeto les ha hecho notables.
La defensa de esos derechos fue lo que hizo el físico de nacionalidad rusa Andréi Dimitriévich Sájarov, lo cual le valió que le fuera otorgado el Premio Nobel de la Paz en 1975. Al ser considerado disidente en la Unión Soviética fue desterrado intentando con ello aislarlo y callar su voz. El parlamento europeo creó en 1988 el premio que lleva su nombre y se otorga cada año para reconocer el trabajo que adelantan los defensores de estos derechos. El Premio cruza todas las fronteras, incluso las de los regímenes opresores, para galardonar a activistas de derechos humanos y a disidentes de todo el mundo.
Han sido ganadores entre otros Fernando Savater, quien fuera portavoz del movimiento ¡Basta ya! Que surgió como reacción al terrorismo del grupo separatista vasco ETA y a la amenaza que este grupo y su brazo político representaban para las libertades civiles y los derechos humanos. También lo recibieron en 1992 Las Madres de la Plaza de Mayo, un movimiento de resistencia pacífica contra la dictadura militar argentina que comenzó con el empeño de encontrar a los desaparecidos. El año 2005 recibió la distinción Reporteros sin Fronteras, organización que abandera la lucha por la libertad de información y presta su apoyo a periodistas en situación de persecución en todo el mundo.
La buena noticia es que los ganadores este año ya se conocen y la oficina de prensa del Parlamento Europeo informa que el premio Sájarov a la Libertad de Conciencia 2024 se concede a María Corina Machado y al presidente electo Edmundo González Urrutia por su valiente lucha para restaurar la libertad y la democracia en Venezuela. Al mismo tiempo El Parlamento condenó el “fraude electoral”, así como las graves y sistemáticas violaciones de los derechos humanos perpetradas contra oposición democrática, el pueblo venezolano y la sociedad civil.
Se trata por tanto de un espaldarazo a los dos más destacados líderes de la oposición en Venezuela, por su persistente y tenaz esfuerzo, sin dar el brazo a torcer, para reestablecer los derechos de todos en su país y dar término al largo periodo en manos de dirigentes que con una supuesta revolución han llevado a su país a la situación actual con la afectación de todas sus capas sociales y provocó la diáspora que llevó a la población joven principalmente a establecerse en otros países, comenzando con el nuestro.
Este valioso galardón obtenido por María Corina y Edmundo Gonzáles debería servir para hacer entender a Nicolás Maduro y quienes forman parte de su gobierno a reconocer la victoria legal obtenida por los partidos de oposición y ceder el mando para buscar nuevos rumbos para los venezolanos. La situación hoy es tal que ni la misma María Corina pueda acudir a recibir en persona este justo reconocimiento.
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