Una expresión muy común y aceptada en el mundo: “Cuando Estados Unidos estornuda, el mundo se resfría”, y ahora habría que interrogarse, ¿Y si es Europa la que estornuda, que le pasará al mundo? Es probable que después de la segunda guerra mundial Europa no vivía una situación de tanto riesgo como ahora.
En Suecia acaba de ganar un importante espacio en el parlamento como segunda fuerza política un partido neonazi; en Italia Georgia Meloni, perteneciente al partido “Los hermanos de Italia” y admiradora de Mussolini es la nueva primera ministra. Por estos días la gente en Berlín tiene miedo de que en invierno Putin ordene un ataque estratégico nuclear a Alemania –que nadie entiende bien que es y sus alcances y por ello algunos de sus habitantes por estos días están comprando pastillas de yodo por si llega a suceder.
Las manifestaciones el pasado martes en París contra “La vida costosa” fueron contundentes, con fuertes enfrentamientos entre manifestantes y policía, y si como ello no fuera suficiente, la recién posesionada primera ministra del Reino Unido Liz Truss que apenas duró 45 días, no pudo en los pocos días enfrentar la difícil situación económica del país que le pasó cuenta de cobro. Europa tiene miedo, y más con el invierno que se acerca que los puede tomar sin calefacción.
El gran riesgo cuando suceden momentos de grandes dificultades económicas en los países, es la posibilidad que gobiernos autoritarios se tomen el poder. La democracia se debilita. Lo que acaba de suceder en el Reino Unido con Liz Truss no deja de ser irónico que haya ocurrido en una de las democracias liberales más representativas de toda la historia política de la humanidad. El proyecto económico de la ex primera ministra generó furia y rechazo en la población.
Razón tiene en su libro “La política en tiempos de indignación” de Daniel Inneraty, cuando señala que antes los riesgos de las democracias eran los golpes de estado, la utilización de la fuerza y la violencia; asegura el escritor que ahora la forma en que se acaba una democracia es con estrategias y el desprestigio que proviene de la misma democracia, justo lo que acaba de suceder en Inglaterra, y en varios países de Europa.
Recuerdo una reciente conversación con un abogado italiano que trabaja en el puerto de Lampedusa, con quien hablando de muchos temas, entre ellos el del funcionamiento de la justicia en su país, y después de escucharlo la sorpresa fue mía. La lentitud de la justicia en Italia, la burocracia, sus contradicciones, el insulso papeleo. Mejor dicho, igual a como si estuviéramos en Colombia.
Y el resfriado que se le viene a Colombia también es muy complicado. Habrá que ver que tanto nos afectaría una fuerte contracción de Europa, y más ahora cuando cada vez que Petro envía un twitter el país entra en pánico. Un nuevo mensaje desde la Casa de Nariño y se dispara el dólar.
El señor ministro de Hacienda José Antonio Ocampo, quien seguramente hoy en día realiza una labor que nunca antes había hecho un ministro desde la cartera de las finanzas, es muy de madrugada mirar los trinos que haya enviado la noche anterior su jefe, y de inmediato comunicarse con Caracol para desmentirlo. Ya van como 4 veces.
El ministro aceptó que la divisa colombiana se ha depreciado un 17% este año, asegurando que aún tenemos unas reservas internacionales suficientes y colocaba el ejemplo de Chile, que ha utilizado sus reservas internacionales para detener la devaluación, y aún así no lo ha logrado. Y eso ni que para que hablar de Argentina. Hasta sería importante que en la tributaria aprueben un fuerte gravamen al twitter de la Casa de Nariño, y de pronto el resfriado no es tan fuerte.