Un recarga de alegría, nostalgia y expectativa se vivió ayer en el municipio de Santiago, luego de un regreso paulatino a la presencialidad de los estudiantes tras más de año y medio en el que mediaron sus estudios por la virtualidad.
El reloj marcó las 5:00 de la mañana cuando Javier Orlando Vaca Peña, un joven de 13 años amante de la ciencia que sueña con ser asistente de laboratorio, se levantó para alistarse en su segundo día presencial en la Institución Educativa Santiago Apóstol.
Su emoción era tal, que desde la noche anterior había preparado sus útiles. Ni siquiera la brisa matutina lo detuvo de ser el primero en plantarse a las afueras del centro educativo, motivado a encontrarse de nuevo con sus amigos y compañeros para recibir enseñanzas que encaminen su futuro “para llegar a la universidad”.
Vaca cursa el grado octavo, y el retorno le ha parecido más que justo y necesario. Contó que, durante el tiempo en casa, aunque algunos docentes intentaron en repetidas ocasiones establecer una reunión, las dificultades con la señal los limitaban a aprender a través de las guías y audios que enviaban por el grupo de WhatsApp.
“No hay nada mejor que la enseñanza presencial, el internet se presta para todo tipo de distracciones. Muchos padres comentan que es mejor esperar, pero si los niños aquí se la pasan en la calle y van al río, es preferible que estén en las aulas, donde van a estar bien y cuidados por profesionales responsables”, manifestó Sejer Peña Tavárez, madre del joven.
Gilbert Acero, docente de educación física, era uno de los educadores por quien los estudiantes más esperaban volver a ver; muchos de ellos extrañaban sus clases dinámicas que los mantienen “en forma y motivados”.
“Tenemos muchas expectativas e ilusiones, volver era uno de los momentos más esperados por nosotros, la virtualidad nos complicaba más el trabajo y a nuestros estudiantes de las veredas se les dificultaba conectarse”, afirmó Acero.
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La distancia no es problema
Desde temprano, un desfile de autos y camionetas se pasearon por los alrededores de la Institución Educativa Santiago Apóstol y el Centro Educativo Rural (CER) El Páramo.
César Rojas hace parte de la flota vehicular dispuesta por el alcalde del municipio, Álvaro Ureña Gómez, para que el retorno a clases de los estudiantes de zonas rurales sea una garantía de seguridad y cumplimiento.
“Mi asignación son los estudiantes de la vereda Quebrada Seca, a media hora de recorrido desde aquí, a la entrada y salida”, expresó el conductor.
Como él, muchos otros locales entusiastas, desde muy temprano, hicieron sus recorridos para hacer de este proceso un hecho, desde cortas distancias como Quebrada Seca, hasta otras más extensas como la vereda Alto Frío, a tres horas de camino en auto.
Dentro de las ocho rutas habilitadas también están las veredas Cacabala, Cuperena, San Guillermo y Agua Dulce, entre otras.
Las reglas de entrada
Desde el primer día, se hizo hincapié de parte de la institución en la importancia de mantener la distancia, usar los tapabocas especiales provistos por la Secretaría de Educación Departamental, guardar el orden que los caracteriza y llevar toalla, alcohol y antibacterial, así lo explicó Javier Carrero, coordinador de convivencia.
Debido a que solo el 12% de los estudiantes están asistiendo presencialmente, los cursos de un mismo grado fueron unificados en grupos que no superan las 10 personas.
“Ya varios niños se están emocionando al ver que sus otros compañeros regresan, esperamos que esto sirva para que, con el tiempo, más padres de familia den su aprobación y la presencialidad vuelva a normalizarse”, declaró Sejer Tavárez, madre de familia.
Por su parte, José Manuel García García, rector de la institución, destacó que fueron uno de los centros educativos seleccionados para retornar a las aulas gracias a que más del 60% de la población del municipio ha sido vacunada y los casos de la COVID-19 son escasos.
“Consultamos primero con los padres de familia y comprometimos a quienes aceptaron a que nos ayuden en el cumplimiento de los protocolos con sus niños, sobre todo porque los estudiantes venían acostumbrados a saludarse de abrazo y de mano, y cambiar ese chip es complicado. Pero, nuestros estudiantes son conscientes y dispuestos”, afirmó el directivo docente.
García agregó que la expectativa será consolidar el 100% de aprobación de los padres de familia, para aplicar el modelo de alternancia y rotar de 10 en 10 a los 30 estudiantes aproximados por grado.
Por último, el alcalde Álvaro Ureña precisó que este gratificante hecho fue posible gracias a un trabajo conjunto entre rector, personero, consejo directivo y administración municipal, en el que se concertaron las condiciones adecuadas. También recordó que los protocolos deben mantenerse firmes para mantener el índice de cero casos positivos.
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