Muchas veces se piensa que la vida del futbolista profesional es demasiado sencilla, porque ganan altas sumas de dinero, viajan por todo el mundo y tienen la posibilidad de hacer lo que les gusta.
Sin embargo, detrás de los futbolistas se esconde una lucha que muchas veces pasa desapercibida.
Llegar a la élite del balompié es algo reservado para pocos y que requiere de una disciplina y constancia digna de admirar.
Para entender las adversidades a las que se enfrentan los futbolistas, vale la pena repasar la historia de Daniel Muñoz, el lateral derecho de la selección Colombia que en la actualidad es uno de los referentes del equipo de Néstor Lorenzo, que cumple con una destacada Copa América.
Muñoz fue resiliente para esperar la oportunidad, esa que parecía que jamás llegaría, porque a diferencia de la mayoría de futbolistas profesionales, debutó bastante tarde, con 20 años.
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“Ya iba a cumplir 21 años, una edad creo que tardía para un chico que quizás quiere ser jugador profesional”, confesó el ahora lateral del Crystal Palace de Inglaterra, al recordar su estreno en el Águilas Doradas.
Muñoz no bajó los brazos y lo siguió intentando, a pesar de que varias puertas se le cerraron. “Antes estuve probando si no estoy mal en 12 - 15 clubes de fútbol a nivel nacional, y a nivel internacional también. Estuve probando en México, España, Italia, donde la puerta no se abrió y muchas veces yo me preguntaba ¿por qué?, ¿qué es lo que pasa?, que es lo que hoy en día muchos chicos se preguntan”, indicó Muñoz, quien después de jugar en Águilas pasó a Atlético Nacional, el equipo de sus amores.