La sufrida hinchada del Cúcuta Deportivo vuelve a recibir un golpe. El rojinegro pasará un año más en la segunda división tras perder toda opción de ascender luego de caer en la final del Torneo II ante Fortaleza, con un global de 2-1.
Es un mazazo para la noble fanaticada del cuadro fronterizo que confió en el regreso a primera, pero chocó de frente con la realidad: en 2023 vivió de ilusiones, pues la temporada acabó y los objetivos no se cumplieron.
Caer eliminados en la semifinal de la Copa Colombia ante Millonarios y ahora en la final del Torneo ante Fortaleza se enmarcan en dos decepciones, ya que el club manejó un discurso de ir por todo y terminó con las manos vacías.
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Sin proceso deportivo
La institución rojinegra tuvo tres técnicos en 2023. El primer de ellos fue Bernardo Redín, quien alcanzó a dirigir en cuatro juegos en 2022, y tras no lograr clasificarse a la final del Torneo I, fue desvinculado. En la Copa eliminó a Once Caldas, Quindío y Real Cartagena.
La prosiguió el argentino Rubén Tanucci, un viejo conocido del mayor accionista José Augusto Cadena, pues en 2018 logró el ascenso siendo asistente técnico de Lucas Pusineri.
Tanucci duró nueve partidos de Torneo, no gustó y terminó despedido, pese a que dejó en el camino a Junior FC en octavos de Copa.
Asumió Federico Barrionuevo, quien trabajaba como asistente de Tanucci. El también argentino vivió su primera experiencia como entrenador profesional y lo hizo desde el banquillo –literal- pues no pudo dirigir desde la raya al no tener convalidadas sus licencias.
Barrionuevo estuvo cerca de cumplir el objetivo, pero su equipo flaqueó en el duelo más importante del año. En Copa eliminó a Medellín.