En una extensa carta dirigida al alcalde Jairo Tomás Yáñez y al Concejo, gremios de Cúcuta le reclamaron a la administración municipal diseñar una política pública para el manejo del Cementerio Central que, por un lado, mejore la atención a los deudos y a las empresas funerarias, pero también resuelva la falta de bóvedas y lotes para sepultar a más personas, pues alegan que ya está copada la capacidad instalada.
“La verdad es que en este camposanto ya no queda un sitio más para darle sepultura a los muertos, convirtiéndose esta situación en un problema mayor, dado que Cúcuta se quedó sin un sitio de esta naturaleza para atender a la comunidad, porque ya no hay una bóveda, bovedita, osario o lotes en tierra, máxime en estos tiempos de pandemia”, señaló Gladys Navarro, directora ejecutiva de Fenalco.
Agregó que, además de las dificultades que se han denunciado sobre el manejo administrativo del lugar, que son conocidas por el alcalde Yáñez, el problema va más allá, “porque lo concreto es que ya no se tiene dónde enterrar más gente”.
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Navarro dijo que la ciudad necesita con urgencia otro cementerio que sea bien administrado, para que ofrezca un buen servicio a la comunidad, así como un horno crematorio público, porque los que existen son privados y las personas de estratos 1, 2 y 3 no tienen acceso para la cremación de sus seres queridos, particularmente quienes mueren por COVID-19.
“El Cementerio Central terminó su capacidad instalada, esa es la verdad de tajo y el que diga otra cosa le está diciendo mentiras a la ciudad”, reiteró.
En algunos apartes de la carta firmada por ella en su condición de directora ejecutiva de Fenalco y en representación de las empresas de parques cementerios y servicios funerarios exequiales de la ciudad, se exige la atención a las quejas y reclamos que en los últimos meses se han venido haciendo por los problemas presentados para la prestación del servicio exequial en el Cementerio Central.
“(Este) es un servicio público y primordial que está diseñado para la comunidad que no cuenta con un servicio en los cementerios privados… un servicio público que se administra al libre albedrío del administrador … donde el valor del alquiler de bóvedas varía tanto que no genera la confianza necesaria, máxime si tenemos en cuenta que esta pandemia ha dejado a la comunidad en un estado de indefensión y de vulnerabilidad que sobrepasa las condiciones y el respeto por los derechos humanos”, dice el oficio.
Allí se agrega que: “La labor del sector funerario es de gran importancia en esta emergencia sanitaria que venimos padeciendo por causa de esta pandemia, ya que estamos llamados a brindar el apoyo al sector más vulnerable y prestar a las familias de nuestra región y comunidad en general estos servicios exequiales, con la mejor disposición y atención para quienes han perdido sus seres queridos y que nos demanda el cumplimiento de los protocolos establecidos por las autoridades gubernamentales y nacionales”, se lee en otro aparte.
¿Qué dice la Alcaldía?
El secretario de Gobierno del municipio, Cristian Buitrago, dijo que en anteriores fechas y desde diferentes sectores han anunciado que el Cementerio Central tiene copada la capacidad instalada para inhumaciones, pero transcurridos los meses se sigue prestando el servicio en razón a que hay la posibilidad de generar espacios de manera rotativa.
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Explicó que cada cuatro años los cuerpos esqueléticos deben ser exhumados, generando nuevos espacios. “Hay muchas bóvedas, criptas, osarios, la mayoría de particulares, con la posibilidad de ir generando de manera rotativa los espacios, por eso afirmar que ya se agotó el Cementerio Central no es exacto”, aseguró el funcionario.
Agregó que hay muchas posibilidades de ampliar la capacidad en el corto, mediano y largo plazo, como se presentó en un plan estratégico.
Según Buitrago, en el corto plazo hay dos opciones: una inversión pequeña para terminar unas bóvedas que generarían 20 espacios nuevos, y un trabajo que se está haciendo con Medicina Legal en 35 bóvedas donde están inhumados cadáveres NN que ya cuentan con cartas forenses y plena identificación para proceder a su traslado. Esto permitiría habilitar esos cupos para recibir igual número de fallecidos.
Entre tanto, dijo que a mediano plazo hay espacio suficiente en unos terrenos del Cementerio Central reservados para la construcción de bóvedas, donde se proyecta construir 120 de estas, y entre 800 a 1.000 osarios, lo que ampliaría la cobertura.
El proyecto a largo plazo es la remodelación del camposanto, para que además de convertirlo en un museo a cielo abierto, dé mejor amplitud en los procesos mediante un plan de inhumaciones que garantice una mayor cobertura.
Lo anterior, sin descartar la posibilidad de contar con un lote, en donde el Plan de Ordenamiento Territorial lo permita, para la construcción de un nuevo parque cementerio.
Buitrago dijo que, respecto a las denuncias recibidas frente al manejo administrativo, “estas fueron puestas en conocimiento de la Procuraduría, como máximo órgano con competencia en las investigaciones disciplinarias. Están siendo objeto de valoración probatoria y por consiguiente de toma de decisiones según lo que se observe dentro del proceso”.
Relación de inhumaciones
La Opinión conoció que, entre marzo de 2020 y junio de 2021, en el Cementerio Central fueron atendidas 2.512 inhumaciones, de las cuales 722 corresponden a casos de fallecidos a causa de la COVID-19.
Agosto del año pasado registró 272 inhumaciones, de las cuales 145 fueron por COVID, siendo la mayor cifra de 2021, mientras que en enero de 2021 hubo 213, 71 de ellas por la pandemia, la más alta en lo corrido del año.
En junio pasado fueron sepultadas en el Cementerio Central 151 personas, de las cuales 36 fueron víctimas del coronavirus, según las estadísticas.
El secretario de Gobierno, Cristian Buitrago, dijo que según las estadísticas que manejan, en el Cementerio Central se están atendiendo diariamente un promedio de 6 inhumaciones, de las cuales entre una y dos son por la COVID-19.
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