Los habitantes de Barrio Blanco, en la comuna 2, dicen sentirse cada vez más inseguros en sus lugares de residencia, pues manifiestan que en el sector ha incrementado la presencia de habitantes de la calle, lo que les genera temor, pues, aunque algunos suelen ser inofensivos, aseguran que la gran mayoría se dedica a robar y a amenazar a cualquier persona, con el fin de obtener dinero para comprar sustancias alucinógenas.
“Los más perjudicados somos los comerciantes, porque los habitantes llegan a pedir comida o limosnas y si uno les da una vez, luego se acostumbran a que hay que darles cuando quieran, pero eso no se puede todos los días, entonces uno a la final se gana es enemigos”, dijo un vendedor ambulante ubicado en el parque de Los Niños.
La comunidad asegura que, aunque vienen denunciando este problema desde el año pasado, hasta la fecha no han obtenido soluciones reales, pues todo se queda en “pañitos de agua tibia, porque si hacen una o dos reuniones con eso piensan que está todo solucionado, pero se necesita mayor presencia de la Policía, que cuando uno los llame lleguen enseguida”, precisó María Gutiérrez, vecina del sector.
Los comerciantes del parque de Los Niños y locales cercanos indican que, muchos delincuentes se camuflan entre los habitantes de la calle para pasar desapercibidos y así poder comercializar droga o inspeccionar las zonas que van a robar.
“Si usted deja la moto o el carro por fuera de la casa, debe tener dinero para luego comprar los espejos, porque es fijo que se los roban. Uno no puede madrugar a hacer ejercicio, porque eso es otro atraco seguro, ni mucho menos llegar muy tarde a la casa. Uno conoce a los habitantes de la calle buenos y a los malos”, mencionó Carola Núñez, otra residente del sector.
Algunos vecinos aseguraron que, de seguir así, optarán por hacer un plantón de manera pacífica para exigirles a las autoridades y a la administración municipal acciones puntuales que les garanticen la seguridad, pues para ellos Barrio Blanco desde hace mucho dejó de ser un sector tranquilo.
“Ni los niños pueden salir a jugar, porque no se sabe qué loco o persona esté por ahí. Siempre nos habíamos caracterizado por ser un buen barrio, no de clase alta, pero si una zona bastante calmada, sin problemas, sin gente extraña, ahora todos son desconocidos y eso nos preocupa”, dijo otro vecino del sector.
Asimismo, un líder comunal del barrio señaló que con la institucionalidad todo se ha quedado en supuestas mesas de trabajo en las que no integran a todos los barrios de la comuna 2, sino a unos cuantos.